Fue a finales de septiembre del año 2020 cuando se supo públicamente de una construcción que se levantaba en el corregimiento La Boquilla, sector Cielo Mar, justo detrás del edificio Morros 922. Desde ese momento los vecinos iniciaron las denuncias ante el Distrito y demás autoridades competentes, alegando que el quiosco estaba en zona de bajamar y además le taponaba las salidas de emergencia, lucha que ayer, más de ocho meses después, llegó a su fin con la demolición del establecimiento comercial.
A través de la Resolución 011 del 20 de abril del 2021, la Alcaldía de la Localidad 2 de la Virgen y Turística ordenó la restitución del predio donde estaba construido el negocio, llamado El Nativo. Hasta este lugar llegaron desde tempranas horas de la mañana cerca de 50 personas a participar en el operativo de demolición, el cual se extendió hasta el mediodía. En el hecho no se registraron alteraciones de orden público.
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Elver Rocha, encargado de la logística del desmonte, aseguró que el quiosco era de varios materiales como plástico, metal y concreto. “La mayor parte de la estructura era de plástico, aunque también había mucho metal. Las paredes estaban hechas en láminas de superboard, y el piso era de concreto. Ya se han retirado tres volquetas llenas con capacidad de seis metros cúbicos cada una, y aún falta que se lleven todo el escombro que estamos sacando del suelo”, manifestó el operario. En la diligencia estuvieron miembros de Espacio Público, de la Guardia Ambiental y de la Policía Nacional, que garantizaron la seguridad en la zona.
Desde la Alcaldía de la Localidad 2 afirmaron que ya el predio quedó recuperado y en poder de la Oficina de Espacio Público del Distrito. Alberto González, coordinador de los procesos de bajamar de dicha Alcaldía Local, explicó: “Es un proceso regulado en la Ley 1801 artículo 223, sin embargo los recursos de ley amparaban también a los propietarios del quiosco y con la presentación de excusas se prorrogó un poco. En este caso nosotros somos el juez y tomamos la decisión. El 20 de abril emitimos la resolución de restitución del predio y hoy estamos materializando su ejecución. El abogado vino a solicitar que se detuviera la diligencia pero no accedimos porque no había motivos para detenerla”.
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El jurista aclaró que no hubo ningún tipo de indemnización a las personas que construyeron el quiosco, ya que desde el principio estas sabían que se trataba de una ocupación ilegal.
Roberto Pinto figura como propietario del bar El Nativo. Es un habitante de La Boquilla, quien al parecer llevaba muchos años en el sector pero su negocio anteriormente estaba construido en madera y techo de palmas. El señor no se hizo presente en el operativo de demolición, aunque sí estuvo su abogado, Lascario Jiménez, quien cuestionó el proceder de la Alcaldía de la Localidad 2 asegurando que se violó el debido proceso.
“El señor Roberto Pinto lleva más de 25 años ocupando este predio y trabajando de manera pacífica e ininterrumpida. Incluso, está aquí desde mucho antes que se construyeran todos los edificios alrededor y tiene los documentos y permisos que así lo corroboran. Sin embargo, hoy vemos un claro acto de racismo estructural porque todos estos edificios también tienen orden de restitución desde hace varios años y eso no se ha cumplido. Incluso, los jardines de esos edificios no deberían estar allí porque por aquí debe pasar la carrera 9 de La Boquilla, una vía pública que no se ha podido realizar, pero la orden de restitución del quiosco sí se da y se ejecuta en cuestión de meses. Esperemos que a partir de ahora la justicia actúe con rectitud”, expresó el abogado.
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Jiménez recalcó que interpondrá una acción de tutela contra la Resolución 011 de la Alcaldía Local 2, pues no se hizo ninguna notificación previa al respecto. “Lo contenido en esa resolución se cumplió hoy de manera clandestina, iniciaron la demolición a las 5:10 de la madrugada, yo llegué a las 5:40 y ya estaban derribando. Se violó el debido proceso. Aparte vamos a pedir que se declare la confianza legítima para el señor Pinto porque él tiene más de 25 años de estar aquí con permisos que las mismas entidades del Estado le otorgaron”, finalizó el abogado defensor.
Lascario Jiménez, abogado del propietario del Bar El Nativo, asegura que este por ser nativo de La Boquilla “goza de protección especial en atención al convenio 069 de la Organización Internacional del Trabajo, y también por la Ley 70 de 1993 que en su artículo 19 dice que los nativos para sus actividades tradicionales no son susceptibles de ninguna exigencia institucional”. De igual forma, se basa en el Decreto 1745 del año 95 mediante el cual las poblaciones afro pueden organizarse en Consejos Comunitarios, y La Boquilla es un territorio titulado colectivamente que es zona de protección constitucional especial. Así mismo, el jurista aduce violación al derecho al trabajo, ya que de las actividades comerciales de El Nativo dependían varias familias nativas.
“Es una discusión de fondo que debe resolver el juez. Si bien es cierto que estos son terrenos de bajamar, los nativos tienen derecho al usufructo de este territorio atendiendo a la posesión ancestral que hace más de 300 años ejercen los pobladores de La Boquilla, es una comunidad con protección constitucional legal”, puntualizó.
