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Cartagena

Trabajadoras domésticas, las más afectadas durante la pandemia

El trabajo doméstico fue uno de los más afectados en medio de la crisis económica. Muchas mujeres que se dedicaban a la actividad no han podido volver a trabajar.

Trabajadoras domésticas, las más afectadas durante la pandemia

El Sindicato de Trabajadoras del Servicio Doméstico del Departamento de Bolívar (Utrasd) ha marchado en defensa de sus derechos.//Cortesía.

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Según la mesa de trabajo del Sindicato de Trabajadoras del Servicio Doméstico del Departamento de Bolívar (Utrasd) y la encuesta integrada de hogares del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) 2018-2021-1, una tercera parte de las empleadas domésticas que trabajaban antes de la pandemia, es decir, unas 6.200 mujeres, no han recuperado el empleo perdido en medio de la crisis. Además, durante el primer trimestre del presente año, el volumen de empleo doméstico corresponde al 81% del que existía en el primer trimestre del año inmediatamente anterior.

Para el 2020, la economía nacional experimentó con un 6,8%, la más fuerte contracción de su historia, con la pérdida de más de 5 millones de empleos. Entre ellos, los que corresponden a las trabajadoras domésticas, quienes desde que inició la pandemia, presentan mayores niveles de vulneración y precarización socioeconómica, derivada por la forma en cómo los hogares empleadores, obligados por la caída de sus ingresos y el miedo a posibles contagios, reaccionaron con el despido o desmejora laboral de miles de mujeres que ejercen esta labor.

Dewin Pérez, director del Observatorio Laboral de Cartagena y Bolívar, analizó esta situación y conversó con El Universal para compartir los resultados de su más reciente investigación sobre la actualidad de las trabajadoras domésticas en la capital del departamento, evidenciando que, al igual que ocurrió a nivel nacional, la crisis golpeó con fuerza el mercado laboral, afectando mayormente a las mujeres, con la pérdida de puestos de trabajo e inactividad económica.

La situación en Cartagena

La participación laboral de las mujeres cartageneras que ya era baja, se redujo abruptamente por el confinamiento y miles de ellas no pudieron regresar a sus trabajos luego de la apertura económica. Mientras tanto, el regreso de las que superaron estos impedimentos, fue más lento que el de los hombres, dadas las limitaciones que impuso la pandemia, sumado a las barreras históricas y estructurales que han restringido su participación, ampliando las brechas de ocupación y desempleo.

Francisca Moya, miembro de Utrasd, afirmó que lo sucedido fue algo inesperado que las afectó de manera drástica, ya que muchas fueron despedidas y otras quedaron internadas en sus trabajos, privadas de la libertad, sin que se les permitiera ver a sus familiares. “Si salíamos, no regresábamos al trabajo, nos tenían prácticamente como secuestradas”, aseguró Moya, quien añadió que también fueron disminuidos sus sueldos, porque según los patronos, ya ellos no estaban devengando lo mismo.

Otros miembros de la junta directiva de Utrasd, expresaron que este tipo de trabajo se caracteriza por altos niveles de informalidad, por tanto, existe ausencia de la protección social para quienes lo desempeñan, que en su mayoría, son mujeres vulneradas y discriminadas, habitantes de las periferias del Distrito en donde se manifiesta con toda contundencia, el modelo de exclusión económica y social que se ha profundizado en Colombia.

Antes del COVID e inicios del 2020

Antes de la llegada de la pandemia, el empleo doméstico representaba el 4,2% del empleo total, y el 9,9% del empleo femenino en Cartagena durante el periodo 2015-2019; pero en medio de la pandemia, este redujo su participación hasta solo aportar el 3,4% del empleo total y el 8,2% del empleo femenino en la ciudad. Sin embargo, el impacto de la crisis sobre este sector ha sido invisibilizado por las autoridades al no hacer parte de los programas de emergencia social y de reactivación económica.

En Cartagena, unas 18.714 mujeres se desempeñaron como trabajadoras domésticas durante el año 2019 y en el primer trimestre de 2020, antes de la pandemia, el Dane estimó unas 18.500. No obstante, para el segundo trimestre esta cifra cayó en un 64% respecto al segundo trimestre de 2019, pues solo unas 6.258 mujeres aún se mantenían en esta actividad. Lo que significa que aproximadamente unas 11 mil trabajadoras fueron expulsadas de sus trabajos.

La situación fue más difícil en comparación con otros sectores, mientras que a nivel general, el empleo femenino para el tercer trimestre del año 2020 fue un 20% inferior al del mismo trimestre de 2019. En el caso de las trabajadoras domésticas es de un 42,8% inferior al que existía en el mismo periodo ese año. Es decir, casi la mitad de la población femenina que se dedicaba al trabajo doméstico previo a la pandemia, aún no había recuperado su empleo entre los meses de julio y septiembre de 2020, siendo aproximadamente unas 8.600 mujeres.

Último trimestre 2020

En este periodo se dio reapertura a determinadas actividades económicas, no obstante, la productividad local se contrajo un 4,6% respecto al mismo periodo del año inmediatamente anterior. En ese contexto, el empleo femenino cae cuatro veces más que el masculino (-8,2% vs - 2,1%), con 5 mil hombres y 20 mil mujeres desempleados. Del mismo modo, el número de trabajadoras domésticas ascendió a 13.810, siendo un 31% menor que durante el mismo trimestre del año precedente, significando que 6.200 mujeres aproximadamente, no habían podido recuperar su empleo al cerrar el año 2020.

Primer trimestre del 2021

A pesar de una recuperación progresiva después de la abrupta caída del segundo trimestre de 2020, la economía nacional aún transita por un terreno negativo, con una producción que es 0,7% inferior a los niveles que se tenían antes de la pandemia.

El número de empleadas domésticas ascendió a unas 15.073 mujeres, a pesar de ello, es un 18,5% inferior al mismo periodo del 2020, demostrando que unas 3.427 no han podido recuperar sus empleos. En consecuencia, el mercado de trabajo aún tiene un largo trecho por recorrer, pues está lejos de reflejar los niveles anteriores a la pandemia, especialmente para las empleadas domésticas, que incluso en este periodo de mejores luces para la economía, su empleo se contrajo 3,2 veces más que al resto de mujeres trabajadoras en otras actividades económicas, 5,8 veces más que a los empleados en general de la economía local y 23 veces más que a los hombres.

Estos resultados demandan toda la atención por parte de las autoridades, si la política pública es ciega frente a esta realidad, estaría configurando un golpe adicional de inequidad para estas mujeres, con un mayor nivel de exclusión en la sociedad. Por ello, el llamado es a que estos resultados demanden la intervención del Gobierno nacional y los entes territoriales, empleadores, gremios, empresarios, ONG y la Organización Mundial del Trabajo (OIT), para que trabajen en mejorar las condiciones del trabajo doméstico.

Comparado con el resto de las actividades laborales, la que sufrió una mayor disminución fue el empleo doméstico, contrayéndose 2,6 veces más que el empleo total. Se podría plantear según la investigación que el comportamiento del empleo doméstico en el segundo trimestre del año 2020 y primer trimestre de 2021, estuvo determinado en gran parte por las decisiones tomadas por los hogares empleadores en sus medidas frente a la crisis.

El presente

A pesar que la crisis económica ha perdido profundidad, el empleo doméstico sigue sumido en una profunda crisis. Muchas de las actividades que desempeñaban las trabajadoras domésticas ahora las realizan las esposas y madres de los hogares contratantes, por miedo a un posible contagio del virus, develando así, la contradicción entre hombres y mujeres, en los roles y responsabilidades de los oficios del hogar y el cuidado de los demás miembros de la familia.

Por ello quienes devengan sus ingresos de esta labor, además de las barreras mencionadas, también deben realizar en sus propios hogares las actividades domésticas y de cuidado, evidenciando ese desequilibrio entre los roles y responsabilidades de hombres y mujeres en el interior de los hogares.

Dewin Pérez, director del Observatorio del Mercado Laboral en Cartagena y Bolívar.
Dewin Pérez, director del Observatorio del Mercado Laboral en Cartagena y Bolívar.

“La estamos pasando mal, nuestros hijos y muchas de nosotras, nos acostamos sin comer. Vendemos frutas por las calles y otras hacen cocadas tratando de sobrevivir, ya que el Estado no se acuerda de nosotras”.

Juana François

Presidenta del Utrasd

Sobre el empleo doméstico

El empleo doméstico es definido por la OIT como “el trabajo realizado en un hogar u hogares, o para los mismos”. Las trabajadoras domésticas prestan servicios de cuidado a otras personas y realizan diferentes tareas como cocinar, actividades de aseo y limpieza de la casa, realizar compras, lavado y planchado de ropa, cuidar niñas, niños y personas mayores que requieran atención, y hasta ser responsables por la seguridad y convivencia al interior del hogar contratante en ausencia de los jefes de hogar.

$650

mil mensuales es el ingreso promedio de una trabajadora doméstica en Cartagena.

Hemos tocado fondo con esta situación, mis hijos y yo nos acostumbramos a despertarnos a las 11 a.m. para no desayunar ante la ausencia de recursos”

Francisca Moya,

miembro del Utrasd.

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