En el barrio Nariño, calle Vicente Martínez, sus residentes llevan varios años viviendo con la zozobra de que en cualquier momento sus casas quedarán sepultadas por un barranco que tienen detrás de sus patios.
Se trata de un terreno empinado sobre el cual se erige parte del emblemático Colegio De La Salle, y que para los vecinos se ha transformado en un dolor de cabeza desde hace bastante tiempo, por la erosión que no cesa y que se incrementa con cada aguacero.
Los residentes contaron que aunque en la parte superior hay una barrera instalada por las directivas del colegio hace alrededor de 10 años, estos no garantizan la seguridad en la zona ni la estabilidad del terreno. Agregaron que el año pasado, con el paso del fenómeno natural Iota, no durmieron tranquilos y varios evacuaron las viviendas de forma transitoria por precaución. Incluso, el 12 de noviembre a la 1 de la madrugada, hubo un desprendimiento de tierra que cayó sobre varios patios.
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Manuel Lambis, veterano líder comunal del sector, manifestó que los gaviones deben ser reemplazados por un muro de contención de concreto que evite algún deslizamiento de tierra.
“Los gaviones son bolsas de piedras amarradas con alambres que no han recibido mantenimiento. Ese cerro se ha vuelto muy peligroso para nosotros, no queremos que haya un derrumbe que nos sepulte, por eso pedimos ayuda no solo de parte del colegio sino de la Alcaldía de Cartagena. Necesitamos que hagan algo antes que lleguen las lluvias”, aseguró Lambis.
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Son alrededor de 12 viviendas en riesgo directo y unas ocho las que indirectamente se verían afectadas en caso de una emergencia.
“Aquí han venido los Bomberos, la Cruz Roja, Gestión del Riesgo y hasta ahora no hemos visto soluciones reales. Ojalá no sea tarde cuando quieran actuar”, puntualizó Lambis.
El Universal consultó a la Oficina Asesora para la Gestión del Riesgo de Desastres del Distrito sobre esta situación en Nariño, pero hasta el cierre de esta edición no entregaron una declaración.