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Cartagena

“La Juanfe es, para muchas, esa oportunidad que tanto necesitamos”

En sus 20 años, la Fundación Juanfe ha cambiado muchas vidas, nosotros te contamos acerca de dos: la de Catalina Escobar, su creadora, y la de Mábel Iriarte, una chica que por fin halló su poder.

“La Juanfe es, para muchas, esa oportunidad que tanto necesitamos”

Catalina Escobar creó la Juanfe hace veinte años.//Foto: Cortesía.

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Mábel Iriarte.//Foto: Julio Castaño - El Universal.
Mábel Iriarte.//Foto: Julio Castaño - El Universal.

A Mábel Cecilia Iriarte Caraballo jamás se le olvidará la alegría que sintió aquel día de enero de 2017, cuando leyó su nombre en la lista de admitidas a la Fundación Juanfe. Era una adolescente, hacía poco se había convertido en madre soltera y, aunque no sabía muy bien qué hacían allí, vio en ese lugar la esperanza de una vida mejor para ella y para su pequeño Emir David.

Mábel, dunos ojos negros tan expresivos como su amable voz, es una caraqueña que llegó a Colombia cuando apenas tenía 11 años; vivió durante cinco años -y con sus cuatro hermanos- en la casa de una tía, mientras sus padres trabajaban en Venezuela para “construir una casa de este lado”. Poco después del regreso de sus padres, y de establecerse con ellos en el sector Playas Blancas de Olaya Herrera, quedó embarazada. (Le puede interesar: Catalina Escobar, la mujer a quien todos llaman “héroe”)

Cambio de planes

“Me gradué embarazada -recuerda-. Mi familia se enteró de que estaba embarazada y la cosa cambió”. Su novio nunca quiso responder y su madre -por ese ataque de rabia y dolor que se siente cuando uno cree ver fracasar a sus hijos- le dijo que se defendiera como pudiera, que ya no le costearía la universidad. “Ahí fue donde la vida se puso dura”, añade. Así que Mábel, que ya tenía pensado presentarse en la Universidad de Cartagena para estudiar Contaduría Pública, se sintió triste y señalada. Sola.

“Escuché de la Juanfe por primera vez gracias a una vecina (...) No sé que expectativas tenía en ese momento, pero fui a la entrevista: eran 1.000 jóvenes o más. Me hicieron un examen de admisión y la entrevista. Ya yo tenía las ganas de pasar, porque me habían explicado que ellos ofrecían estudios técnicos para la vida laboral y mis ganas de superarme eran más grandes que quedarme en la casa, haciendo nada”, cuenta. Y sí: pasó. Comenzó estudiando Cocina y terminó en Servicios Hoteleros. “Transformaron mi vida, me enseñaron a ver mi inmenso valor y siempre yo lo digo a todo pulmón”, reafirma.

Existe una palabra de la que quizá Mábel no se sentía dueña antes de entrar a la Juanfe y es empoderamiento... Tanto cambió su vida que hoy siente que la encarna.

Mábel Iriarte.//Foto: Julio Castaño - El Universal.

Así se adaptó a la pandemia

Catalina Escobar fundó hace veinte años la Fundación Juanfe y hoy, al mirar atrás, confirma que ha recorrido el camino correcto. ¿Qué ha sido lo más difícil? Conseguir los recursos para expandir a la Fundación a su máximo esplendor. ¿Y lo más gratificante? Descubrir la mejor versión de sí misma en este andar.

Veinte años después de haber creado la Fundación Juanfe, cuéntanos es motivo que te hace pensar todos los días: ha valido la pena.

-Cuando uno dice “ha valido la pena”, habla del valor humano que la Juanfe le ha creado a las personas, el valor económico que le hemos creado al país y el valor social que le hemos creado a la comunidad en Cartagena y ahora en Medellín, entonces, para mí, cuando digo ha valido la pena, y hablo de que -por ejemplo- hemos salvado a 4.500 niños, pues, con que hayamos salvado a uno ya yo hubiera sido feliz, pero como esto se volvió masivo, es una dicha y una felicidad, pero, a la vez, digo: no es suficiente, vamos por más.

¿Qué ha sido lo más difícil de todo este proceso?

-Siempre está en conseguir los dineros, porque, si nosotros tuviéramos acceso a mucho más dinero, hubiéramos impactado muchas más personas, por ejemplo, la Juanfe está lista para hacer el cuarto piso, nos falta el dinero; está lista para construir un jardín infantil enorme detrás del complejo social, nos ha faltado el dinero; está lista para irnos el triple de impacto social en Cartagena, nos ha hecho falta el dinero; está lista para replicarse en Barranquilla y Guayaquil (Ecuador), nos hace falta el dinero. Aunque tenemos las ganas y los preacuerdos, siempre hace falta la cuestión de dinero. El otro tema que ha sido muy difícil de este proceso es el abordaje a las niñas de altísima vulnerabilidad, por ejemplo, las que hemos tenido que trabajar que han tenido intentos suicidas, porque, cuando una niña de 14 años se quiere suicidar es porque perdimos como sociedad. Fracasamos como país y como sociedad.

¿Qué has aprendido tú, como profesional, como mujer y como madre, en estos 20 años y gracias a la Fundación?

-Lo más importante que he aprendido es de humildad, porque las personas te llevan a reevaluar lo que tienes en tu vida y las razones por las que debes ser feliz y cómo ser feliz parte de cosas muy pequeñas. Como mujer, la verdad, yo, muchas veces me reflejo en ellas, porque, cuando tenemos una infancia dura y difícil en soledad, muchas veces me he compaginado con ellas. Entender sus procesos y sus miedos es entender también mis procesos y miedos, eso me ha parecido hermoso. Aprender de ellas ha sacado la mejor versión de Cata Escobar.

¿Cómo ha evolucionado la fundación y cómo ves su futuro?

-La Juanfe arrancó atacando la mortalidad infantil evitable en Cartagena, lo hicimos con muchísimo éxito. Bajamos la mortalidad infantil total en un 81% los primeros ocho años de operación. Era un paso necesario, que nos llevaba, obligatoriamente, a poner los ojos en las madres adolescentes, porque nos dimos cuenta de que ese era el factor principal, no solo de la mortalidad infantil, sino la consecuencia inmediata hacia la pobreza. (...) El futuro es replicarnos en las principales ciudades de Latinoamérica.

245.564 personas han sido impactadas por la Juanfe en sus 20 años, entre ellas madres adolescentes en condiciones de vulnerabilidad y exclusión en las ciudades de Cartagena y Medellín.

¿Cómo se adaptó la Juanfe a la pandemia?

-Si hay algo que la Juanfe ha hecho siempre es adaptarse a los cambios, porque no hay un año que se parezca al otro. La Juanfe no es una organización que todos los años haga lo mismo, porque nosotros tenemos unos retos permanentes todos los años. Giramos estratégicamente nuestro horizonte de la pandemia en tres cosas muy importantes:

1. Que no faltara un plato de comida decente en las mesas de las jóvenes y de sus hijos, que, si sus familias iban a comer de ahí, Ok. Garantizamos la alimentación digna hasta el 31 de diciembre de 2020.

2. Garantizar la docencia al 100%, invertimos en tecnología, las abastecimos en equipos, de tablets; lo hacíamos con dos objetivos: mantener la docencia y que ellas se mantuvieran confinadas, sin ser propagadoras del virus.

3. El confinamiento también traía más agresiones, así que aumentaron los casos de ideación e intento suicida: al principio del confinamiento teníamos 78 casos reportados entre Cartagena y Medellín y ya en agosto, 148. Así que trabajamos en ello.

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