Este año la Secretaría de Educación dejó claro que, por el momento, es necesario que las clases en los colegios públicos de Cartagena sigan de forma remota para salvaguardar la vida de estudiantes, maestros y personal administrativo. La posibilidad de implementar la alternancia tampoco es vista como una opción por los sindicatos de docentes y directivos de la ciudad.
Mientras se evalúa un retorno gradual y seguro a las aulas, los desafíos que enfrenta el sistema educativo con la modalidad de educación en casa continúan. Evitar la deserción estudiantil y mantener la escuela viva es el reto del gobierno de William Dau en Cartagena, teniendo en cuenta las falencias logísticas y tecnológicas que deben afrontar decenas de estudiantes.
El indicador de deserción escolar cobra relevancia en medio de la emergencia sanitaria por el COVID-19 y la Secretaría de Educación ya emprende acciones para mantener en los colegios al mayor número de estudiantes posible.
En entrevista con El Universal, Olga Acosta Amel, secretaria de Educación Distrital, explicó que en la ciudad tradicionalmente se ha venido calculando el índice de deserción escolar de forma anual. Así, durante el año académico 2020 la tasa total de deserción fue del 2.49 por ciento (3.904 estudiantes), una disminución significativa respecto al año 2019 que marcó un 4.02 por ciento.
“Revisando esta situación en los niveles de preescolar, básica primaria, secundaria y media, observamos que para el último año atípico 2020 la deserción escolar disminuyó, es decir, los estudiantes no se desvincularon del proceso educativo a pesar de la pandemia”, dijo Acosta.
De acuerdo con los datos suministrados por el Sistema de Matrícula Estudiantil de Educación Básica y Media, en preescolar, que desde el año 2017 presentaba una tasa alta de deserción (5.98) cerró el 2020 con un porcentaje del 2.49 por ciento.
“Hoy en comparación con el año anterior tenemos una matrícula mayor en preescolar. Hemos logrado mayor eficiencia. Por supuesto, hoy necesitamos más niños en preescolar porque no todos están matriculados, pero nosotros logramos un equilibrio ya a finales de febrero en las instituciones educativas cuando hacemos el corte de matrícula e informamos al Ministerio de Educación Nacional”, expone.
En básica primaria también hubo una reducción en el índice de deserc ión que se ubicó a corte de 2020 en 2,52%. Básica secundaria (grados sexto- noveno) registró 2.66 % y la media (grados 10 y 11) marcó 1.73%.
“Hemos logrado superar una deserción escolar en medio de la pandemia en este gobierno. Si hacemos la totalización de todos los niveles educativos nos arroja un total de 2.49 por ciento”, señala Acosta Amel.
Dentro de los motivos y factores de retiro de estudiantes cartageneros antes del 2020 se encontraban: cambio de municipio, maternidad o paternidad, cambio de casa por trabajo de padres o acudientes; baja motivación y necesidad de trabajar.
Virtualidad, efecto positivo
La secretaria de Educación sostiene que las cifras alcanzadas reafirman una disminución significativa frente al fenómeno de deserción escolar y, aclara, que la educación remota no implica necesariamente el uso de internet y celular.
“La educación remota que estamos desarrollando no necesariamente necesita internet o celular. Ese es el sofisma que hay alrededor porque ni Cartagena ni ninguna otra ciudad del país tiene resuelto el tema de la cobertura de internet. Hay zonas del país donde no llega este servicio. Si nos vamos a Bolívar, por ejemplo, no hubiese proceso formativo porque hay zonas donde no llega el internet”, sustenta.
Para la funcionaria las metodologías de estudio flexibles ayudan a reducir los índices de deserción y el impacto de la reprobación en los estudiantes.
“Nosotros sabemos más de los estudiantes que en el año 2019. La pandemia nos obligó a buscar las direcciones y los lugares donde estaban nuestros alumnos. Escuela y familia se han juntado para que la escuela sigue en pie”, añade.
Agregó que ya comenzaron los círculos de reflexión entre maestros y directivos de todas las disciplinas que permita encontrar “una estrategia conjunta que nos permita visionar un proceso formativo con disciplinas de la ciudad”.
Adicional, se gestiona la compra de equipos de cómputo y demás recursos tecnológicos y conectividad para suministrar a los niños que no tienen acceso a estas herramientas.
Luz Karime Abadía, codirectora del Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana sostiene que la deserción podría aumentar ya que hay desmotivación en los estudiantes por no tener acceso a la tecnología.
“El 63% de los estudiantes de educación media de colegios públicos manifiesta no tener acceso a internet ni computador en sus hogares. A nivel regional se encuentra que, en el 96% de los municipios del país, menos de la mitad de los estudiantes tienen acceso a las herramientas tecnológicas necesarias para recibir clases virtuales. Asimismo, se debe considerar también que 48% de los rectores de colegios públicos del país considera que sus docentes no tienen las habilidades técnicas y pedagógicas necesarias para integrar dispositivos digitales en la enseñanza”, afirma.
La experta deja claro que la crisis económica ha llevado a muchos jóvenes a dejar sus estudios “por tener que trabajar para ayudar a sus familias. En el caso de las niñas, muchas han tenido que dedicarse al cuidado de hogar lo que, además, aumentaría las inequidades de género que ya existían en la educación”.
Abadía sostiene que uno de los retos para el sistema educativo en este 2021 será garantizar la educación con estándares mínimos de calidad en materia de conectividad y presencialidad segura “que permita a la comunidad educativa transitar entre la modalidad remota y presencial. El uso de tecnología en la educación se impone con la pandemia y seguirá siendo parte de las metodologías de enseñanza, por ello es clave incorporarla de manera eficaz en el sistema educativo”.
Finalmente, manifiesta que un reto clave para “mantener la escuela viva” es la calidad de los docentes quienes son fundamentales en el proceso educativo de niñas, niños y adolescentes, y por ello deben no solamente tener amplio dominio del área de conocimiento que enseñan sino por su rol como orientadores e inspiradores en la vida de los estudiantes. “Las escuelas no son las infraestructuras físicas sino los estudiantes y sus maestros”.