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Cartagena

Cartagena se despide de dos hombres que dejaron huella en muchos corazones

La ciudad lamenta el fallecimiento de Rafael Molina, hijo de la fundadora del emblemático ‘Narcobollo’; y de Domingo Puello Ripoll, un gran líder y veedor de la ciudad.

Cartagena se despide de dos hombres que dejaron huella en muchos corazones
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Este martes, Cartagena está de luto. Se confirma el fallecimiento de dos hombres que dejaron una huella indeleble en la ciudad y que serán recordados por sus ganas de marcar la diferencia y no rendirse hasta alcanzar sus sueños.

También se lamenta el fallecimiento de Gregorio Enrique Herrera, “el hombre más querido en el restaurante La Vitrola”, quien trabajó en el reconocido lugar desde sus inicios, hace más de 20 años.Lea: Gregorio Enrique Herrera: un personaje entre personalidades

Rafa, un luchador incansable

Rafael Molina, era hijo de Lilia Joly de Molina, la fundadora del emblemático Narcobollo, un negocio de comidas muy conocido y querido en la ciudad que tiene más de 30 años. “Rafa llevaba luchando por casi 20 años contra la diabetes, pero luego llegó el COVID. Era un hombre alegre, bondadoso, muy entregado a su familia y a su trabajo. Y eso sí, muy mamador de gallo”, cuenta su sobrino Raúl Berastegui Molina.

Raúl le contó a El Universal, que su tío falleció por COVID-19 a las 6:25 a.m. en la clínica Medihelp, luego de que los médicos hicieron todo lo que estuvo a su alcance para salvarlo. Rafael estaba encargado del negocio de Narcobollo, un negocio familiar de comida típica caribeña que lleva su nombre por una graciosa historia, ocurrida en el 89, la noche del asesinato de Luis Carlos Galán.

La Sijín entró a una casa en Manga (donde antes de que vivieran los Molina, era relacionada con unos guajiros que traficaban marihuana). La casa se sospechaba, era un lugar de expendio de droga, pero luego de hacer la requisa lo único que encontraron fue bollo, queso, suero y cerdo. La gente empezó a hacer chistes al respecto, tildando a la familia Molina de “narcobollos” y de allí surgió el nombre que hoy es un hito de la ciudad.

Un líder innato

Domingo Puello Ripoll tenía 69 años y era un conocido veedor y líder cívico de Cartagena. Siempre buscó velar por los intereses de los ciudadanos, estaba tan comprometido por las causas sociales que en su momento fue llamado el concejal número 20. Siempre estaba presente en las reuniones del Concejo y fue edil de la ciudad.

Puello Ripoll estuvo internado en el Hospital Universitario por problemas respiratorios. Fue dado de alta, pero recayó en estos días y fue llevado a otra clínica donde falleció durante la madrugada de este martes, tras dar una última batalla.

Para Puello Ripoll la prioridad era la gente, por lo que se tituló en derecho para continuar velando por los ciudadanos. La Veeduría Popular de Cartagena lamentó su fallecimiento y enviaron condolencias a su familia.

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