Se podría decir que entre los pequeños comerciantes que se “beneficiaron” durante esta pandemia del coronavirus están los tenderos, debido a que nunca cerraron sus puertas.
Sin embargo, muchos aseguran que también se vieron muy afectados durante esta emergencia sanitaria, ya que a pesar de tener sus puertas abiertas al público, las ventas bajaron considerablemente y ahora con la nueva normalidad “las cosas no han mejorado”.
En un recorrido realizado por El Universal en diferentes sectores de la ciudad, pudimos hablar con algunos de estos tenderos de barrio, quienes nos contaron cuáles fueron aquellos productos que más se vendieron durante esta pandemia y cuál fue la mayor afectación que sufrieron.
Es tradición en las familias de la Costa Caribe ir a la tienda a comprar los productos que se necesitan para el día a día, muchas veces un miembro de la familia tiene que ir hasta cuatro veces a la tienda solo a comprar un poquito de cada producto para preparar la comida.
Según contaron algunos tenderos, durante esta pandemia, si bien las ventas no fueron las mejores, siempre se mantuvo la comercialización de los productos tradicionales de la canasta familiar, como lo es el arroz, huevos, lentejas, panela, papa, leche y galletas.
“Las personas lo que más compraban era arroz, huevo, azúcar, productos básicos que se deben tener en la casa. Esto era lo que más me tocaba comprar para tener en cantidad, pues lo que eran las gaseosas, jugos en botella y demás, no se vendían tanto como antes de la pandemia, era muy raro que vinieran a comprar algo ya envasado”, explicó Viviana Santos, tendera en El Espinal.
Lo mismo dijo Edwin Vergara, en Torices. “La gente venía a comprar cosas económicas, como el salchichón, el arroz, la galleta y hasta el pan, pero lo que era carne, pollo, casi no se vendía”, dijo.
Ellos aseguran que antes de la pandemia se abastecían hasta dos veces por semana para no quedar sin productos debido a la alta demanda que tenían de clientela, pero en medio de esta emergencia sanitaria su actividad económica bajó tanto que se abastecían cada dos semanas, pero solo para buscar lo que se les había agotado.
“La gente cuando vio que ya no tenía plata para seguir en los supermercados comprando, venían a la tienda a fiar o a comprar de 1.000 o 2.000 mil pesos. Aunque eso no nos da muchas ganancias, por lo menos nos ayudaba a vender algo”, dicen.
Al inicio de la pandemia, cuando el Gobierno aseguró que debíamos estar confinados para evitar ser afectados por este nuevo virus, muchas familias se abastecían con todos los productos de la canasta familiar y de aseo, dejando casi todos los estantes de los grandes supermercados vacíos y dejando de comprar por unidad en las tiendas de barrio.
“Ahí fue donde comenzó nuestra afectación económica, pues a pesar de la pandemia, nos dieron la opción de abrir nuestros negocios, pero los supermercados con todas las promociones se llevaban a los clientes, lo cual afectó mucho a los tenderos”, dijo Edwin Vergara, asegurando que “claro, en su momento a las personas les era más rentable comprar en cantidad a un cómodo precio”.
Viviana aseguró que “las ventas bajaron demasiado, en un 70-80% durante esta pandemia. Aunque siempre tuvimos la tienda abierta para atender a toda la clientela, no recibimos la misma cantidad de compradores”.
“Antes de la pandemia yo vendía en un día más de 2 millones de pesos, durante esta pandemia en un día si nos hacíamos 700 mil pesos era mucho. Ahora las cosas no es que hayan cambiado mucho”, comentó Misael Quesada, en una tienda en Los Caracoles.
“Yo sé que nuestra recuperación será lenta, pues ahora se ven un poco más los clientes, esto también debido a que podemos abrir de 6 de la mañana a 12 de la noche, como lo estipula el decreto”, dijo Deivis Velásquez, quien además presta el servicio de domicilio en su tienda en Daniel Lemaitre, servicio que “también ha bajado”.
Según cuenta, antes de la pandemia eran 6 personas atendiendo, ahora son 3 y uno de ellos es el que hace los domicilios, los cuales tuvieron su auge en el pico del COVID-19.