Durante los primeros meses de la pandemia Cartagena atravesó por una situación crítica; la ocupación hospitalaria sobrepasó el 80% y en algún momento se habló de las demoras en el retiro de los fallecidos en las clínicas y residencias, y la cremación de los cuerpos sin la autorización correspondiente, por lo que el Ministerio de Salud ordenó (en todo el país) ampliar la capacidad instalada para el manejo de los cuerpos con COVID-19 en caso de una situación catastrófica.
Ante esta directriz, en Cartagena se inició el proceso para la compra de un contenedor de 40 pies y con una capacidad de peso de 20 toneladas, que sirviera para depositar cadáveres de víctimas del COVID-19 de manera temporal.
Aunque el contrato de adquisición y puesta en funcionamiento se firmó el pasado 2 de julio con la empresa Dager Estructuras S.A por $68.446.574, no fue posible instalarlo en su momento ya que por órdenes de Minsalud debe colocarse en un camposanto, y, tras una evaluación, el Distrito manifestó que los cementerios públicos no tienen capacidad para instalarlo de tal manera que se debía recurrir a los espacios privados. (Lea aquí: Distrito contrató contenedor para almacenamiento de cadáveres por COVID-19)
Esa situación abrió la necesidad de buscar otros recursos para pagar el arriendo del área y los servicios públicos que gastaría el contenedor, por lo que a través de las EPS se empezó a gestionar este problema y se logró que la Fundación Ser Social, dentro de su compromiso social con el Distrito, se encargara de los costos.
El convenio de cooperación se firmó el pasado 21 de agosto con el fin de aunar esfuerzos administrativos, técnicos, y financieros.
Aquí el Distrito no aporta nada, por el contrario, recibirá de parte de Fundación Ser Social $51.000.000, que es el valor de seis meses de alquiler en el cementerio Jardines de Paz – Los Olivos, lugar donde se instalará el contenedor.
Si bien la instalación del contenedor en estos momentos, donde las cifras de la ciudad son positivas, parece innecesaria, las autoridades han dicho que el contenedor estará destinado para el almacenamiento de cadáveres ante cualquier situación que se pueda presentar por la constante variación del comportamiento del virus.
