2.750 toneladas de nitrato de amonio resguardadas por más de seis años habrían sido las responsables de las explosiones del pasado 4 de agosto en el puerto de Beirut, capital de Líbano, las cuales dejaron más de un centenar de muertes, personas desaparecidas, más de 5.000 heridos y daños incalculables a la infraestructura de la ciudad.
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El video del siniestro, que ocurrió alrededor de las 6 de la tarde en el país asiático y a las 10 de la mañana en hora Colombia, rápidamente fue difundido y replicado en redes sociales, a tal punto que incluso la Policía Metropolitana de Cartagena envió un comunicado aclarando que los hechos habían sido en la capital libanesa y no en Cartagena, como algunas personas habían comenzado a conjeturar.
El punto es que la explosión, que llegó a sentirse incluso en países vecinos de Líbano como Chipre, debido a su gran magnitud, puso de manifiesto el cuidado y las medidas de seguridad que giran alrededor del manejo del nitrato de amonio, teniendo en cuenta que es un compuesto ampliamente usado en todo el mundo y en esta materia Cartagena no es la excepción.
Verónica Villarreal, gerente General de Yara Industrial Colombia, explicó que en el caso de la planta de esta compañía en Cartagena, se produce y se almacena solución de nitrato de amonio en estado líquido para venta a clientes del sector minero y obras civiles, teniendo una capacidad máxima de almacenamiento de 500 toneladas, pero aclaró que en esta planta no se fabrica ni se almacena nitrato de amonio en estado sólido.
“El nitrato de amonio es un compuesto químico ampliamente conocido en obras civiles y minería. Se produce a partir de la reacción entre el ácido nítrico y el amoniaco, obteniendo un compuesto líquido de nitrato de amonio y agua. Se utiliza como insumo para la extracción de minerales y proyectos de construcción; no es un producto inflamable, no genera incendios espontáneos, ni tampoco es considerado un explosivo por sí mismo”, señaló Villarreal.
Recalcó que en la ciudad este se produce de forma líquida para ser comercializado al sector minero y a proyectos de obras civiles, siendo usado principalmente como materia prima para la extracción de metales, construcción de túneles, carreteras y otras obras, todo bajo las medidas correspondientes.
“El nitrato de amonio se almacena líquido en tanques con altos estándares de seguridad de procesos, controlando variables de temperatura, acidez y concentración; contamos con sistemas de dilución y enfriamiento automático para asegurar un comportamiento seguro del producto” afirmó.
En este sentido, Villarreal explicó que el nitrato de amonio en solución es una sustancia estable y que debido a estas medidas se puede constatar su producción y almacenamiento de forma segura. “Además de las medidas mencionadas, contamos con procesos para la identificación y análisis de riesgo, determinación de controles, sistemas de seguridad automatizados, un procedimiento de gestión de cambios y un proceso de auditorías permanente”, puntualizó.
El caso de Beirut
Si bien las causas del incidente siguen siendo materia de investigación en la capital libanesa, todo parece apuntar a las 2.750 toneladas de nitrato de amonio que estaban almacenadas desde hace seis años en un buque de carga que no pudo concretar su viaje en 2013, dejando la sustancia almacenada sin mayor supervisión.
Dado que el compuesto en sí mismo no es inflamable, las investigaciones en Beirut apuntan entonces a determinar de qué manera este químico pudo tener contacto con fuego y detonar en la explosión, así como a establecer las causas de su prolongado almacenamiento en el lugar.
Otras tragedias
No es la primera vez que el nitrato de amonio es protagonista de una tragedia de este tipo. Es recordado el caso del estado de Texas en 2013 en la fábrica West Fertilizer, en la cual fallecieron 15 personas. En ese entonces las autoridades determinaron que el fuego fue provocado y cuestionaron las condiciones de almacenamiento en las que se encontraba el compuesto químico.
A su vez, a este han sido asociadas acciones terroristas como la ocurrida en Olso, capital de Noruega, en 2001, cuando el compuesto fue utilizado para fabricar una bomba artesanal que detonó en el país nórdico, matando a 69 personas.
Otras fábricas como la AZF en Tolouse, Francia y un almacén en Tianjin, China, en 2001 y 2015, respectivamente, también se vieron afectadas por una explosión que involucró a este químico.
Y así se relacionan varias explosiones a lo largo de la historia, tanto accidentales como provocadas, que han tenido como protagonista, más que el compuesto en sí, las condiciones bajo las que se encontraba y el uso que se le dio.