Todos nacieron varones. Sebastián Andrés, Tomás Javier, Nicolás Fermín y Juan Diego llegaron al mundo el 26 de junio del año 2008 en Cartagena. Para su madre Maritza Berrío Teherán fue algo inesperado pero a su vez la mayor felicidad y bendición que la vida le dio.
Sus hijos, hoy con 12 años recién cumplidos, son su adoración y su razón de ser. Sin embargo, no todo ha sido color de rosa para ella, pues es madre cabeza de hogar y le ha tocado hacer muchos esfuerzos para sacarlos adelante y ofrecerles una buena educación. De hecho, los pequeños llevan sus apellidos, pues el padre nunca ha respondido por ellos.
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Nos necesitan a todos
Maritza trabaja como auxiliar de enfermería en la Clínica Maternidad Rafael Calvo, donde lleva seis años, pero dadas sus circunstancias, el salario para ella rinde menos porque además de la educación y la alimentación de sus hijos, debe sacar todos los meses 500 mil pesos para el arriendo y casi $200 mil para los servicios públicos. Lo que le queda es para costear sus otros compromisos. La pandemia, para esta mujer de 50 años de edad, se ha convertido en otro desafío más de la vida, pues sus niños tienen muchas dificultades para ver sus clases virtuales.
En su hogar solo cuentan con un teléfono celular y los pequeños deben esperar pacientes su turno para usarlo, ya que todos deben instruir y adquirir sus conocimientos por aparte.
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La mujer, a través de El Universal, le pide apoyo a la ciudadanía cartagenera y a las autoridades para que sus hijos tengan mejores oportunidades de cumplir con sus estudios.
“Son unos muchachos muy inteligentes, pero no tenemos ni una mesa de estudio con sillas, les toca hacer sus tareas en las piernas. No tenemos computadores ni herramientas tecnológicas, por eso pido ayuda a las personas de buen corazón”, expresó la madre, quien se mudó al barrio Amberes para estar más cerca de su lugar de trabajo y llegar más rápido a su casa.
Los niños tienen una hermana mayor, de 25 años, que reside en Bogotá.
No solo requieren equipos para sus clases virtuales, por eso el llamado es también a contribuir con alimentos, ropa u otro tipo de respaldo.
Sebastián Andrés está en séptimo grado en el colegio Seminario, cerca de María Auxiliadora, mientras que Nicolás, Tomás y Juan Diego cursan sexto grado en la Institución Educativa Madre Laura.
Las personas interesadas en colaborar con la señora Maritza y sus hijos, pueden comunicarse con ella al número celular 3136067118, o al fijo 6660958.
