La muerte del señor Guillermo Vivanco Guerrero fue tanto inesperada como confusa. Este señor, de 71 años, pereció recientemente en la clínica Higea, en donde estuvo hospitalizado dos semanas tras presentar problemas respiratorios.
Sus familiares alegan que él no tenía COVID-19 sino una neumonía que le había afectado los pulmones y por eso lo llevaron a que recibiera atención médica, pero la queja de ellos radica principalmente en que tras haberle practicado las pruebas del coronavirus el 11 de junio, los días pasaron y en ningún momento les dieron los resultados de las mismas, para descartar o confirmar que se tratara del nefasto virus.
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Para ellos, lo más injusto del hecho es que, además de no recibir nunca respuestas claras sobre lo que tenía Guillermo, al morir le colocaron un letrero que decía sospechoso de COVID. “Nunca nos entregaron los resultados a pesar de que nosotros insistimos muchas veces, preguntamos, mandamos correos y hablamos a la EPS Salud Total a la cual estaba afiliado. Él era un hombre sano, nunca se enfermaba de nada, por eso su muerte es sorpresiva y además confusa”, declaró Hemman Vivanco, hijo de la víctima.
Don Guillo, como era conocido de forma cariñosa, trabajaba desde el año 2007 como conductor del vehículo del Colegio del Cuerpo, una reconocida institución de danza contemporánea sin fines de lucro que ha sacado adelante a miles de jóvenes cartageneros de bajos recursos.
Allí era muy conocido y respetado, por eso, para esta otra familia el golpe emocional tras conocer su partida fue muy duro. Álvaro Restrepo, director del Colegio del Cuerpo, lamentó que su trabajador y amigo haya partido de esa forma.
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“Después de estar 17 días y 9 en una UCI entubado, no fue posible en ese periodo obtener un diagnóstico sobre su estado. Estaba vinculado a nuestra casa desde el año 2007, su muerte nos ha golpeado mucho porque fue un ser humano extraordinario. Él no solo era el conductor de la camioneta, era como un padre, un maestro, un consejero de los niños y jóvenes que asisten a nuestros programas y que él transportaba con diligencia, responsabilidad y cariño. Don Guillo no merecía una agonía final como la que padeció”, fueron las palabras de Restrepo.
Lo que no entienden los seres queridos es que si en realidad don Guillo era positivo de COVID-19, por qué no se les ha practicado a todos las pruebas pertinentes que confirmen o descarten el virus en sus organismos, sobre todo teniendo en cuenta que su esposa pasó todo el tiempo a su lado y también es una persona de edad adulta.

Salud Total señaló que investigarán el caso, alegando que el manejo informativo cuando las personas están hospitalizadas debería ser por parte de la clínica. Agregaron que es pertinente hacer el cerco epidemiológico en la familia.
Por su parte, desde la clínica Higea precisaron que el señor llegó el 11 de junio pero la prueba ya se la habían practicado antes en la EPS, y los resultados se los hicieron llegar justamente el 26 de junio, por lo que ellos en el periodo de hospitalización no disponían de los resultados. “No conocíamos los resultados, sin embargo, la información a la familia siempre fue oportuna. Además, el manejo hospitalario fue de acuerdo a todos los protocolos, en todo momento recibió la atención especializada requerida”, indicaron.