Hacer una edificación se ha vuelto muy complicado en los últimos años en Cartagena, pues los controles y las exigencias se aumentaron a raíz de la tragedia en Blas de Lezo en el año 2017 que dejó 21 personas muertas y 22 heridas. Sin embargo, el sector de la construcción ha gestionado los permisos para continuar con las obras en diferentes zonas, aunque en las comunidades aún se mantienen temores por aquel episodio trágico en Portales de Blas de Lezo II.
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Precisamente, uno de los sectores que actualmente tiene inconformidades con una construcción levantada en un lote aledaño es la urbanización El Golf, en donde sus residentes piden mayores garantías a los constructores de una torre, pues desde arriba, según ellos, se han caído elementos sobre vehículos o terrazas. “Estamos muy preocupados, aquí de vaina no ha ocurrido una tragedia, el otro día le cayó un disco de pulidora al capó de un carro y quedó incrustado, qué tal que le hubiera caído a una persona”, expresó un morador que pidió reserva de su identidad.
De igual forma, señalaron que algunas viviendas se han agrietado y las calles se han rajado por la vibración de la maquinaria pesada, y denunciaron el supuesto ruido excesivo que se produce en la obra, así como constantes desprendimientos de gotas de pinturas que caen en la urbanización.
Los querellantes hicieron un pliego de peticiones al constructor a fin de que todas sus dudas sean subsanadas.
“Exigimos el acta de socialización de inicio de obra con los vecinos, con las evidencias del estado en ese momento de las viviendas. Denunciamos perjuicios a las viviendas que ahora tienen grietas, caída de cemento sobre ventanas y vehículos, caída de instrumentos de trabajo sobre las casas y vehículos, y algunas calles se han deteriorado por los pilotajes, además hay un árbol en mal estado que amenaza con desplomarse”, manifestaron los moradores afectados, quienes pidieron soluciones urgentes a la firma contratista.
Este medio se comunicó con una ingeniera de la obra, quien se mostró extrañada con las quejas, pues algunos de los residentes son compradores del proyecto, además afirmó que ellos sí cumplen con todos los protocolos de seguridad, y no es real que las viviendas y calles estén en mal estado por los trabajos. Además, han hecho socialización constante en la comunidad, y los entes de control en sus visitas no han hallado anomalías en la construcción.
