
En la calle de La Estrella, en el Centro Histórico de Cartagena, no hay un solo local comercial funcionando. Todos cerraron sus puertas al público desde el pasado mes de marzo. Están en quiebra y esperando que el Gobierno nacional y la Alcaldía Distrital les autoricen la reapertura.
No están produciendo, pero tampoco están consumiendo lo acostumbrado en materia de servicios públicos y eso se ha visto reflejado en las últimas facturas que les han llegado acorde a la realidad, a diferencia del primer mes en que les cobraron por promedio. Sin embargo, aunque al parecer ya la energía eléctrica y el acueducto se restablecieron, los empresarios están indignados porque el cobro del aseo sigue siendo el mismo.
Alfonso Baza, quien es gerente de una joyería en la calle de la Estrella, asegura que las calles permanecen limpias y no se están produciendo las mismas cantidades de basuras que antes de la pandemia, porque la mayoría de los negocios están cerrados. Pero eso no se ve reflejado en la factura debido a que, en su caso particular, le aparece que debe cancelar 122 mil pesos por consumo de aseo. “La joyería mide 22 metros cuadrados, está cerrada desde marzo. Sin embargo, todos estos meses me ha tocado desembolsar la misma cantidad. Ya he pagado más de 550 mil pesos en total, es muy injusto y sobre todo en esta crisis económica que todos los comerciantes atravesamos”, expresó el hombre.
Otoniel García, quien administra un restaurante en la zona, también mostró su descontento con la situación. “Es increíble que a uno le cobren un cargo fijo por un servicio que no está usando. Uno ve estas calles solitarias, limpias, no se dónde sacan un consumo tan alto, siguen facturando tarifa comercial con casi todos los comercios cerrados, es absurdo”, dijo García. Según Alfonso Baza, en las dos calles vecinas a la de su negocio (La Soledad y La Mantilla) funcionan una papelería, una compraventa y un restaurante que trabaja por domicilios, es decir, solo tres locales funcionando en tres importantes calles que reunían diariamente a cientos de clientes y que producían grandes cantidades de basuras.
“Y así sucede en gran parte del Centro, la mayoría de los negocios en casi todas las calles llevan meses clausurados, la empresa de aseo debería cobrar menos”, finalizó Baza.
Según conoció El Universal, casi 60 establecimientos comerciales del Centro sellaron de manera definitiva. Al respecto, Pacaribe explicó que aunque sí ha habido cierta reducción de los residuos, todavía siguen recogiendo cantidades significativas, incluso mantienen las mismas frecuencias de recolección, pues hay muchos negocios con vigilantes que generan basuras y sobre todo hay muchas viviendas habitadas por familias que también generan residuos.
La empresa encargada de la recolección de basuras en el Centro es Pacaribe, que, respecto a la molestia de los empresarios, expresó:
“Sobre la tarifa de aseo, es importante mencionar que se compone de costos fijos y costos variables que son calculados a partir de promedios del mes y del semestre inmediatamente anterior, o por volúmenes.
Por esta razón, la tarifa de aseo no necesariamente reflejará una disminución en el valor a cancelar por los periodos de aislamiento social.
Adicional, la tarifa de aseo incluye servicios que benefician a toda la comunidad independientemente de la cantidad de residuos que se generen en un establecimiento dado.
Estos servicios deben ser asumidos por todos los usuarios, entre estos se encuentra el barrido de áreas públicas, corte de césped, limpieza de playas, instalación, suministro y mantenimiento de cestas públicas; lavado de puntos sanitarios, relleno sanitario y un último componente que está dirigido al reciclaje. Cada uno de estos servicios se ha seguido prestando en la ciudad, por lo que asociar el cobro de servicio de aseo netamente a los residuos producidos en un establecimiento, sería desconocer el resto de servicios que la ciudad recibe y que si no se estuvieran prestando durante esta época, podría profundizar la emergencia sanitaria”.