La información sobre coronavirus que la gente mastica día a día, sea por medios de prensa o redes sociales, es impresionante. Esta patología que tiene al mundo en vilo, ha hecho que las personas de este tiempo estén aprendiendo o hablando sobre aspectos biológicos o medicinales mucho más que en ninguna otra época. Sin embargo la gente también está incluyendo en su léxico, por noticias bien sea falsas o informaciones erróneas, contenidos distorsionados.
Lo anterior es producto en gran medida de la proliferación a gran escala de iniciativas personales: blogs, canales en plataformas como You Tube y otras, y por la alta difusión de opiniones en boca de ciudadanos conocidos como ‘influenciadores’, personas con miles de seguidores. Estos, en muchos casos, no en todos, no tienen los conocimientos adecuados sobre biología, medicina, virus, epidemias, entre otros conceptos, y podrían estar ayudando a tergiversar el mensaje final sobre lo que está ocurriendo.
Pero también el sentido común de los ciudadanos del mundo, ha hecho valer su necesidad de verdad y respuestas. Esto, en una franja de la clase profesional, no especializada pero que entienden aspectos comunes sobre las necesidades de la familia y sus comunidades y que claman claridad sobre el impacto del virus y sus posibles soluciones. La información sobre el coronavirus es profusa, tanto como las opiniones de personal especializado y no especializado, profesionales de la salud, y de otras áreas, o gente del común.
¿Cómo entiende la pandemia la gente?
De acuerdo a lo anterior, se conforma lo que se conoce como imaginario colectivo sobre la pandemia. El concepto ‘imaginario colectivo’ fue introducido por el pensador y cineasta Édgar Morin (1972), en donde “la imaginación toma de lo material y viceversa, en un proceso continuo subjetivo (lo imaginario) y objetivo (lo material)”. “Según un texto de la antropóloga Silvia Fernández Marín, si se toma en cuenta el concepto de violencia, presente en nuestra vida cotidiana en sus diversas modalidades, en nuestra historia como seres humanos y es transmitida por los diferentes medios, es fácil argumentar que todas las personas, independientemente de sus características socioeconómicas, biológicas y culturales, conocen su definición, manifestaciones y consecuencias, pero no las imaginan de la misma manera; cada persona es diferente y reconstruye de manera distinta un hecho, un acontecimiento, un proceso, creando nuevas imágenes, aunque pueden ser coincidentes entre los colectivos que comparten culturas. Este concepto es aplicable a lo que puede estar sucediendo con el entendimiento de la pandemia, en donde la gente empieza a aunar sus propios conceptos de lo que es la pandemia y dan por sentado o llegan a conclusiones que pueden ser erróneas”, explica el profesor Moisés Arrieta.
Lo que piensa la gente
Lo que piensa la gente sobre el coronavirus está siendo muy importante para la sociedad y la ciencia en sí.
Notas recientes, de las muchas que ha producido El Universal sobre el coronavirus, sirven para medir esos conceptos de las personas.
En las páginas de este y otros medios, fan-pages o portales de noticias, nacionales e internacionales, se pueden leer comentarios como: “el virus lo hicieron los chinos”; “es una estrategia de guerra”; “la pandemia fue planeada en una reunión a la que asistió Bill Gates”, entre otras.
En la nota “El tratamiento remdesivir de Gilead Sciences sería el primero contra el coronavirus”, publicada por El Universal, la usuaria Karina Cárdenas opina: “Ahí no están hablando de vacuna, sino de un antiviral que están poniendo en prueba con éxito en Estados Unidos, cosa que sería de gran ayuda mientras llega la vacuna”. A lo que el usuario Jesús García Jiménez le responde: “Amiga, China tiene la vacuna, hicieron pruebas en 8 macacos y fue exitoso, pero tenemos que esperar de 12 a 18 meses”.
“La gente es boba, nunca va haber una vacuna, puro tratamiento, todo es por dinero”, anota por su parte Efraín Fernández. Tom Joyce Rasada expresa: “Bill y Melinda Gates quieren el control. Intentan poner miedo en las personas y hacer que las personas piensen que una vacuna ayudará, están tratando de hacer que la vacuna sea obligatoria”.
De ese talante son muchas de las opiniones de la gente. Aunque otras tienen un gran sentido y han contribuido a que los científicos prueben ciertas metodologías, ayudados por esas opiniones. En la actualidad, seis iniciativas de proyectos de vacuna contra el COVID-19 están en marcha en Estados Unidos, China, Reino Unido, Alemania y España y las revistas especializadas publican a diario, casi que instantáneamente, investigaciones al respecto.
(Lea aquí: Modelo para enfrentar el coronavirus en Suecia no le sirve a Cartagena)
Teorías conspirativas en torno al virus
Ese ideario colectivo da por sentado diversas teorías conspirativas que han salido a la luz, y que algunas de ellas han sido apoyadas por conceptos altamente científicos como el del polémico premio Nobel de Medicina, Luc Montagnier, y quien declaró el pasado 17 de abril, a la cadena francesa CNews que el coronavirus habría sido creado en un laboratorio. El propio presidente francés Emmanuel Macron, acompañado de varias voces científicas, con el sello de revistas especializadas como The Lancet y Nature, desmintieron a Montagnier aduciendo “que no hay evidencias de que el COVID-19 surgiera en un laboratorio”. Otras discusiones han girado en torno al origen del virus, a las teorías conspirativas contra Bill Gates, por su apoyo a varios laboratorios que trabajan con variables de coronavirus, a la posibilidad de que su origen haya partido de un laboratorio de Wuhan (China), cerca a la plaza de mercado en donde estalló el primer brote. Las discusiones se han extendido hacia la conveniencia o no de las medidas de aislamiento, al uso del tapabocas, entre otras. Lo cierto es que la gente del común ha tomado partido en esas discusiones.
“Verificar la información”
“No es malo que la gente opine, y que lo haga con lo que ve o entiende; las audiencias de hoy son distintas a las de dos décadas atrás; hoy el ciudadano puede formar criterios sólidos sobre diversas problemáticas, y esto está contribuyendo al avance del conocimiento colectivo; el caso está en qué información consumen los ciudadanos y de dónde la sacan, porque sus fuentes deben ser verificables, esa sería la recomendación, que investiguen y lean a fondo, para que puedan reclamar derechos y ejercer deberes”, recomienda el profesor Arrieta, un matemático de secundaria en Cartagena.
Opina la gente
“Estamos entre la espada y la pared, ¿en quién podemos confiar? ¿En los chinos o en los gringos?, es hora que empiecen a apoyar las actividades de investigaciones científicas en Colombia”: Eudaldo Martínez, ciudadano.
“Son intereses económicos de las grandes potencias, luego de semejante ataque social económico y sanitario a la humanidad a nivel mundial, surgen los salvadores”: Clara Lilián Gutiérrez, ciudadana.

