Desde la Clínica Cardiovascular Jesús de Nazareth los médicos, enfermeras y su gerente, Gerald Meza, lanzan un SOS a la Alcaldía, al Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis), a la Superintendencia de Salud y demás autoridades, así como a la comunidad, donde les cuentan que están aquí, que existen y que a pesar que las EPS les adeudan 14 mil millones de pesos, están prestos a prestar la clínica para aquellas personas que pueden complicarse con el coronavirus, pandemia que ataca principalmente a las personas mayores y la cual ha afectado hasta el momento a 26 personas en la ciudad.
“Nosotros estamos aquí, dispuestos a prestar nuestras instalaciones, nuestras camas que son 200 y a nuestro personal, pero necesitamos que obliguen a las EPS para que paguen la deuda que nos tienen desde hace 3 años”, son las primeras palabras que dice el gerente de esta clínica y quien asegura que “en la ciudad y el país hay una rosca con las EPS. Ayer (martes) cuando hice el video que está en las redes sociales explicando nuestra situación, no sabía a qué clínicas habían seleccionado para prestar servicio en esta contingencia y hoy (ayer) que fueron dadas a conocer, tengo que decir que ellas no dan abasto, están sobreexpuestas, esas clínicas y hospitales no tienen las camas necesarias para atender esta emergencia”.
Meza le contó a El Universal que el problema que tiene el sistema de salud es de muchos años atrás y explicó que “Cartagena tiene aproximadamente un millón sesenta mil afiliados al sistema de seguridad social en salud, donde 533 mil son del régimen subsidiado y 527 mil del contributivo, además de aquellos que hacen parte del régimen especial de la policía, militares y magisterios, donde hay aproximadamente unos 15 mil afiliados”.
Además indicó que el 80% de las personas que están inscritas en el subsidiado tienen a su disposición 3 EPS, de las cuales 2 son privadas.
“Resulta que estas privadas tienen 320 mil afiliados y una caja que tiene 80 mil. Han ocupado las mismas camas para atender a los mismos usuarios, dejando por fuera cualquier posibilidad que alguien más entre al sistema y eso es lo que ha pasado con nosotros como clínica desde hace 3 años, pusimos a funcionar nuestras instalaciones y las EPS no nos han pagado esas facturas de cuando atendimos a los pacientes”, dijo el gerente.
La deuda que suma unos 14 mil millones de pesos hasta ahora no ha sido saldada, por lo que financieramente la clínica no pasa por su mejor momento, sin embargo, debido a la pandemia, están ofreciendo su personal, su infraestructura y las 200 camas que tiene distribuidas en 100 pediátricas y 100 de adultos, siempre y cuando las autoridades competentes obliguen a las EPS a saldar la deuda para comprar los insumos.
“A la fecha no ha habido forma que nos paguen las EPS, por eso hemos pasado financieramente por muchof inconvenientes, y desafortunadamente con la pandemia del COVID-19, como institución de salud queremos ayudar, brindando nuestra clínica al servicio de los afectados, tenemos ventiladores y monitores aptos”, comentó Meza.