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Cartagena

La Matuna, entre la invasión del espacio y el olvido

Algunos comerciantes aspiran a que con la ayuda de la administración distrital, La Matuna vuelva a reactivarse comercialmente. La invasión del espacio público es uno de los problemas permanentes.

La Matuna, entre la invasión del espacio y el olvido

El parqueo de taxis y carros particulares es otro de los problemas en la zona de La Matuna, el primer sector moderno y comercial de la ciudad. //ZENIA VALDELAMAR - EU

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La Matuna fue por años la más concurrida manzana comercial de toda la ciudad. El sector es una página genuina que habla del desarrollo moderno de La Heroica.

Paralelo a la ciudad amurallada, en donde ya se registraban construcciones que marcaban una modernidad alejándose de las edificaciones de tipo colonial o republicanas, como por ejemplo el edificio Andian, en la Plaza de la Aduana, algunas empresas y empresarios visionaron que debía planificarse un centro de negocios y comercio en el corazón de la ciudad.

Fue escogida para ese propósito la franja o manzana entre la avenida Venezuela y la avenida Daniel Lemaitre, en donde empezaron a construirse edificios modernos, el primer centro comercial de la ciudad, uno de los más concurridos por la década de los ochenta; y hasta un cine exitoso, La Matuna, que empezó a quitarle fama y clientes a los cines Cartagena, Bucanero y Calamarí. Un estreno en el cine La Matuna era todo un acontecimiento, porque se generaban colas de asistentes que llegaban hasta más allá del centro comercial.

“Una vez estrenaron una película que creo que fue de James Bond, y la cola casi llegaba al Banco Popular”, dice Dionisio Jiménez, un lotero que ha vivido casi toda su vida de la venta de billetes en el sector.

Edificios

Tres altas moles de concreto, contribuyeron a modernizarle la cara al Centro.

A comienzo de la década de los 70 fue construido el Edificio Banco del Estado, con 18 pisos y unos 70 metros de altura, y el cual generó controversia por su proximidad con las estructuras patrimoniales.

De otro lado el connotado arquitecto Rafael Cepeda Torres (q.e.p.d) , fue el diseñador y constructor, por la misma década, del Edificio Banco Popular, con 15 pisos y unos 60 metros de altura.

La construcción del edificio Concasa detrás del cine La Matuna, completaría el ciclo y le daría un aspecto al sector de gran centro de negocios y desarrollo para la época.

Las tres edificaciones se alzaron imponentes en medio de la historia de San Diego, Getsemaní y el Centro Histórico, simbolizando una ciudad moderna.

La lucha por el espacio

“A La Matuna la gente venía de todas partes de la ciudad a buscar de todo; no existían estos modernos centros comerciales de hoy; era el corazón comercial de la ciudad, pero lo dejaron caer”, agrega el lotero Jiménez.

Ahora todo es diferente pero hay una lucha comercial de quienes no se han marchado de La Matuna y han resistido todas las crisis.

La decadencia sobrevino, cuando ya la franja de La Matuna no daba para más y la ciudad creció para otros lados y empezaron a construirse los grandes centros comerciales de la ciudad en todos los puntos.

“No sé cómo estarán haciendo los edificios con esos cánones de arriendo tan altos, de locales y oficinas, pero mucha gente se ha marchado de este sector”, dice Eugenio Trespalacios, un comerciante de ropa del área.

Hoy La Matuna afronta problemas de invasión del espacio por ventas ambulantes; locales comerciales que han sido tomados para otras actividades como venta de licores generando caos para las pocas familias que habitan en algunos edificios residenciales del área. “Es clave anotar que La Matuna no es solo de comerciantes y oficinistas; no, aquí hay gente que vive en muchos apartamentos”, agrega Trespalacios.

En los bajos del Edificio Banco del Estado, proliferan las ventas ambulantes.

Ahí en las tardes, cerca a la Plaza Joe Arroyo, la gente hace filas para esperar un taxi colectivo. Asimismo, los taxis se parquean por doquier, al igual que los carros particulares.

Aunque la gerencia de Espacio Público del Distrito ha anunciado medidas para controlar la invasión del espacio y preservar las áreas de esparcimiento, los residentes y comerciantes piden prontas medidas.

“Esa no es la concurrencia que queremos, lo que se necesita es que La Matuna se reactive comercialmente otra vez, que vuelvan los clientes, pero que haya una organización no una ‘bazurtización’; que los ciudadanos tengan confianza y vuelvan, con eso soñamos, pero debe ser una decisión que asuma la administración distrital”, expresa el comerciante Trespalacios.

Hoy también las zonas de esparcimiento del sector, como parques y plazas son ocupadas por personas tanto locales como migrantes venezolanos que involuntariamente contribuyen a la desorganización y mal uso del mobiliario público de La Matuna.

“Desafortunadamente un porcentaje de los hermanos venezolanos, no todos, están llegando al Centro, y escogen sectores como La Matuna para pedir dinero o para ocupar el espacio público con ventas; aunque no es exclusivo de ellos; esto le abre el espacio al delito, sin dejar de lado que la migración también ha contribuido con cosas positivas, como la mano de obra en los almacenes”, puntualiza el comerciante.

Los edificios Banco del  Estado, Banco Popular y Concasa le dieron al Centro de Cartagena un aspecto moderno.
Los edificios Banco del Estado, Banco Popular y Concasa le dieron al Centro de Cartagena un aspecto moderno.
Ventas de todo tipo proliferan en La Matuna por todos sus sectores.
Ventas de todo tipo proliferan en La Matuna por todos sus sectores.
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