Este año la principal novedad que tendrá el Festival del Frito Cartagenero, que celebra su edición número 36°, indudablemente será su cambio de lugar, el cual pasó de ser el tradicional parqueadero del monumento de las Botas Viejas, al parqueadero del Centro de Convenciones, sitio que recibirá por primera vez a los fritangueros de la ciudad para este multitudinario evento.
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El anuncio por parte del IPCC tomó por sorpresa a muchos que estaban acostumbrados a que el Festival se realizara en el barrio Pie de la Popa, y al mismo tiempo suscitó opiniones controvertidas entre los cartageneros fanáticos del Festival.
“Para mí, el Festival del Frito debió sectorizarse, expandirse. Es totalmente cierto que el punto ubicado en el espacio residual ubicado entre parque de las Botas Viejas y estadio Mono Judas Araújo se había quedado pequeño, pero no es menos cierto que al haberlo extirpado de manera tan repentina de un territorio contiguo al barrio Pie de la Popa, podría debilitar aún más las festividades que se realizan en el barrio”, dijo un vocero de la Asociación de Vecinos del Pie de la Popa, Asopopa.
A su vez, Sonia Mena, reconocida matrona cartagenera que lleva 22 años participando en el Festival y que fue incluso ganadora del Festival del Pastel en 2017, también rechazó el cambio, alegando que no se les avisó con antelación ni se les consultó a los fritangueros para tomar la decisión.
“Como participante estoy preocupada porque es un cambio drástico. En primer lugar, las motos no entran; en segundo lugar está lejos del Pie de la Popa, el Festival del Frito Cartagenero viene acompañado de las festividades de la Virgen de la Candelaria, entonces estamos preocupados porque no nos han dicho nada, sólo que nos iban a trasladar y ya”, aseguró Mena.
Varias fritangueras igualmente se acercaron a las instalaciones del IPCC en el barrio Getsemaní a protestar por ese motivo.
Concejales se pronuncian
Desde la sesión del Concejo, varios cabildantes se pronunciaron al respecto de este anuncio.
El cabildante Laureano Curi Zapata realizó un llamado al IPCC expresando su preocupación por el cambio de sitio y el riesgo que existe de que se contamine la bahía conexa al lugar.
“Otro punto que me preocupa mucho es el acceso a este evento. Aproximadamente más de 5 mil cartageneros visitan a diario este Festival y no hay forma de garantizar un adecuado transporte público para el mismo. Solo hay una ruta de Transcaribe y no es suficiente. Yo siento que estamos perdiendo nuestras tradiciones en el marco de las Fiestas de la Candelaria, ya perdimos la cabalgata y ahora el Festival del Frito”, puntualizó Curi.
El concejal también agregó que el cambio de escenario le quita protagonismo a los cartageneros porque hace que se pase de “una fiesta popular” a un “evento turístico”.
A su vez, el cabildante de Wilson Toncel aseguró que el cambio de lugar contribuye a que se continúe perdiendo la tradición y advirtió que la calle del Arsenal es un punto crítico de la movilidad en Cartagena que con el Festival seguramente se convertirá en un “caos vehícular”.
“Estamos alejando esta tradición de los cartageneros para volverlo un tema netamente turístico. Me preocupa que es una decisión que se tomó sin consultar a los cartageneros, arrebatándole esta tradición a su sede natural”, afirmó Toncel.
Lo que dice el IPCC
El Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena afirmó que el cambio se realizó atendiendo a una serie de modificaciones que se quieren hacer en el Festival, entre ellas darle un sentido cultural.
“Hemos escogido un escenario bellísimo para realizar el Festival que pone a dialogar el patrimonio material con el inmaterial y el natural (...) Les tenemos preparadas grandes sorpresas, queremos mejorar las condiciones de este Festival y ponerlo a dialogar con el mundo y las tradiciones”, aseguró Saia Vergara, directora del IPCC.