tras los resultados de las elecciones regionales en Cartagena y Bolívar, llamó la atención los abultados resultados del voto en blanco en ambas tarjetas electorales.
El voto en blanco en La Heroica obtuvo 61.250 votos lo que representa el 15,56% de la votación y siendo tercero, por debajo del alcalde electo William Dau, quien obtuvo, 113 mil votos; y William García Tirado quien obtuvo 102 mil votos.
Pero el sufragio en blanco en la ciudad superó a los excandidatos Yolanda Wong, Sergio Londoño y Fernando Araújo, entre otros.
Asimismo en el departamento de Bolívar, los sufragios en blanco obtuvieron la impresionante cifra de 199.359 votos lo que representa el 24,27% de la votación válida, quedando de segundo, por debajo del gobernador electo, Vicente Blel, quien obtuvo 384 mil votos. El voto en blanco en Bolívar superó al excandidato a la Gobernación Hernando Padauí, quien logró 171 mil votos.
Para algunos analistas, con relación a la ciudad de Cartagena, influyó la gran cantidad de opciones a la Alcaldía, lo que pudo generar disparidad de criterios, confusión o polarización, y la campaña que emprendió un sector del progresismo impulsado por la excandidata Adelina Covo.
Para el analista Marlon Madiedo, “si las opciones a la Alcaldía en Cartagena hubieran sido menos, es decir menos candidatos, es posible que los electores hubieran formado un mejor criterio a la hora de votar y quizá hubieran optado por un candidato; lo anterior sin deslegitimar el valor del sufragio en blanco, que es un voto de opinión libre y valedero; a mi modo de ver la polarización favoreció al voto en blanco, en detrimento de muchos candidatos”.
Para el exconcejal y analista Jorge Cárcamo, “el voto en blanco encierra un descontento con los nombres que están en la contienda electoral. Por eso es de una gran significación política que el voto en blanco haya sido la tercera votación para alcalde, después de la votación de Dau y de García, y la primera votación para los comicios a gobernador registrados en Cartagena”. (En Cartagena el voto en blanco para la Gobernación obtuvo 145 mil sufragios por encima de Blel, con 122 mil votos)
“En una ciudad como la nuestra, donde históricamente se registran unos altos índices de abstención, que tanta gente haya salido a votar en blanco es un mensaje potente en contra de la clase política tradicional. De alguna manera demuestra que hay una ciudadanía consciente y preocupada sobre lo que le conviene y no le conviene. De allí que mucho teóricos definan el voto en banco como una forma de abstención activa, para diferenciarlo de la pura y dura abstención que tanto daño le hace a nuestro sistema político”, advierte Cárcamo.
“Yo le doy mucho valor al voto en blanco, por eso no creo que pueda interpretarse como un voto nulo, que no suma ni resta, que encierra indiferencia o desprecio por el sistema democrático. Todo lo contrario, es un mensaje a la clase política y a la comunidad en general que debe entenderse en toda su dimensión. Puede generar consecuencias jurídicas o políticas. Un ejemplo de consecuencias políticas es que debilitan la gobernabilidad del mandatario. Pues puede estar revestido de legalidad, pero no necesariamente de la legitimidad, ante los sectores políticos, sociales o empresariales, para sacar adelante su programa de gobierno. Es lo que comúnmente define la ciencia política como falta de gobernabilidad”, apunta Cárcamo.
Ante esta realidad se hace necesario que se haga una profunda reflexión para definir un rumbo cierto, seguro de los gobiernos distrital y departamental opina Cárcamo. “El punto de encuentro para hacerlo está en la formulación de los planes de desarrollo, que deben ser sumamente participativos, para que todos los sectores de la ciudadanía participen, y tratar de atraer, especialmente, a esas mesas de concertación a las ciudadanías libres y especialmente a aquellos sectores que votaron en blanco, que se encuentran frustrados y desilusionados. Creo, finalmente, que la formulación, discusión y aprobación de los planes de desarrollo, distrital y departamental, es el punto de partida para comenzar a ganar confianza”, dijo Cárcamo.
Otro de los resultados que impresionan es el de los tarjetones no marcados en Cartagena que fueron casi 40 mil votos, es decir fueron depositados pero sin ninguna marca. Aunque el ciudadano acudió a las urnas su voto no se ve representado porque es considerado como no marcado, y no representa nada. En Bolívar los tarjetones no marcados fueron terceros, con 178 mil votos.



Para Bernardo Romero Parra, analista y comunicador, “el voto en blanco es una expresión válida de la ciudadanía que demuestra el descontento con todos los aspirantes, que debe obedecer al análisis de las hojas de vida y propuestas de los candidatos. En mi concepto personal es preferible el voto en blanco a la abstención”.
Asimismo el abogado Alcides Arrieta considera que “el voto el blanco significa algo importante para la ciudad así como el fenómeno político Dau, denota que la opinión en Cartagenera está motivada y despertando. En el caso del departamento, donde el voto en blanco ocupó el segundo lugar, la ciudadanía observó que no se sentía representada por ningún candidato, la expresión del voto en blanco fue libre al contrario de las elecciones a Alcaldía de Cartagena, en la que hubo iniciativa de algunos líderes de opinión y una excandidata Adelina Covo. También hay que mencionar que los últimos escándalos se hicieron sentir en la opinión pública departamental. Esperamos que la gestión de Blel, supere las expectativas y logre mejorar su imagen hoy lesionada”, dice Arrieta.