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Cartagena

Lo Amador, barrio plateado por el riesgo

Se tiene claro que hay una falla geológica en varios tramos de La Popa, pero se hace poco para evitar que se desmorone y mate a más de 200 personas.

Lo Amador, barrio plateado por el riesgo

En las calles principales los peatones caminan por la vía porque los andenes están ocupados.//fotos julio castaño-el universal

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El barrio Lo Amador está a punto de cumplir 106 años, y los habitantes creen que no ha llegado el momento en que las autoridades de Cartagena se interesen de verdad por solucionar la falla geológica, que amenaza en el cerro La Popa.

Los líderes comunales dicen desconocer el número de viviendas con que cuenta el barrio, pero creen que podría estar pasando de las mil, lo mismo que los habitantes, quienes podrían estar superando las cifra de los cinco mil.

Pertenece a la Localidad 1. Tiene como vecinos los barrios Pie de La Popa, Nariño, El Espinal, la avenida Pedro de Heredia y el cerro La Popa.

Según dicen, la falla geológica tiene más de treinta años de estar preocupando a los moradores, sobre todo a quienes residen en las viviendas que están pegadas a los pies del cerro, las cuales podrían ser unas cien, que en otras épocas se han visto en calzas prietas con los derrumbamientos que provocan los aguaceros.

Jeider Medrano Viola, el presidente de la Junta de Acción Comunal, considera que hasta el momento las campañas de arborización que han desarrollado en la elevación han servido de poco, “porque el EPA Cartagena no se ha preocupado por hacer un proceso continuo, y la verdad es que nosotros hacemos hasta donde podemos. El Distrito está haciendo unos trabajos en el Salto del Cabrón, pero no por protegernos a nosotros sino para que no se caiga la iglesia de La Candelaria”.

Algunas familias, cuyas casas muestran las grietas de la presión que hace el cerro sobre ellas, han intentado mudarse para otros sitios de la ciudad, pero los subsidios que ofrece el Distrito, según ellos, no son tan halagadores, por lo cual prefieren quedarse en lo suyo, aún a riesgo de que la loma colapse.

Otro sitio que está a punto de colapsar son las calles Santander y Sucre, donde los comerciantes, con sus talleres, restaurantes y garajes, se han apropiado de los andenes, obligando a los estudiantes a caminar por las vías cuando van o vienen de sus colegios.

“Nosotros –aclaran los líderes comunales-- no nos oponemos a que cada cual ejerza su modus vivendi, pero deberían tener en cuenta que todos merecemos gozar del espacio público, empezando porque son pocas las vías con que cuenta el barrio”.

La más congestionada de todas es la calle Santander, que, durante la intervención que se le hizo a la Pedro de Heredia en pos de la implementación del Transcaribe, fue tomada como vía alterna y su deterioro fue tan acelerado que todavía se nota en la rotura de sus placas y andenes.

Medrano Viola asegura que ha enviado comunicaciones al DATT y a la Gerencia del Espacio Público del Distrito, para dotar de señalizaciones a la Santander; y para recuperar los andenes que usurparon los comerciantes con sus mercancías, “pero ninguno de los dos despachos se ha dignado a venir por aquí a verificar qué es lo que está pasando”.

La única calle que está sin pavimentar en Lo Amador es la San Fernando, pegada a la zona de riesgo de La Popa, pero las autoridades han dicho que primero debe hacerse un estudio para conocer la magnitud de la falla geológica y hasta qué punto es remediable.

Posteriormente, y en caso de que el problema no sea tan grave, se levantarían unos muros de contención y se abrirían canales pluviales, para que conduzcan las aguas lluvias que se bajan de La Popa, en aras de minimizar el riesgo, “pero nos hemos quedado esperando el estudio y por consiguiente las obras. La única secretaría que nos visita es la de Ges-tión de Riesgos, pero no tiene la facultad para construir algo”.

Unos años atrás el barrio sufrió en carne viva los enfrentamientos entre pandillas que dejaron varios heridos y muertos, pero con el tiempo se fueron reduciendo. Aunque los fines de semana, al calor de los licores y los equipos de sonido, no deja de presentarse una que otra trifulca y algún acto de latrocinio perpetrado, de acuerdo con los habitantes, por personajes provenientes de los barrios de las faldas de La Popa.

Sin embargo, los moradores confían en los buenos oficios de los diez frentes de seguridad con que cuentan, como también confían en que muy pronto la empresa Electricaribe se anime a mejorarles el servicio, empezando por el cambio de varios postes que están a punto de caer al suelo.

“También deberían cambiarnos las guayas obsoletas, que ya no se usan y que son un peligro tanto para los residentes como para los moradores”, advierte la comunidad.

“Lo Amador es un barrio emblemático de Cartagena. Eso implica que debería ser cuidado como un espacio histórico”.

Otros puntos

Las fallas en el servicio de agua son continuos. Se suspende a las 10 de la mañana y vuelve a las 4 de la tarde.

No hay espacios recreativos. Los jóvenes tienen que hacer deporte en las calles.

Los líderes creen que el Distrito debería comprar varios predios para hacer canchas deportivas, zonas verdes y parques.

La Policía colabora con la regeneración de los jóvenes en riesgo.

No hay sede comunal.

Hay dos planteles educativos y un hogar infantil.

El sentido de pertenencia es casi nulo.

No hay puesto de salud. Los pacientes van a los centros médicos del Pie de La Popa y Torices.

Ya se está asomando el desplazamiento urbanístico con la compra de viviendas para hacer edificios y hostales.

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