Quizá usted habrá escuchado alguna vez el término ‘ninis’ y sabe que algunos sectores lo utilizan para referirse a aquellos jóvenes que, por cualquier motivo, no estudian, ni trabajan, ni están buscando empleo.
En la ciudad, el cuarto trimestre de 2018 cerró con un número considerable al respecto. Al finalizar el año pasado, el 25 % por ciento de nuestros jóvenes, entre 14 y 28 años, estaban en esa situación, es decir, en Cartagena había cerca de 67.400 ‘ninis’. “Este fenómeno estaría reflejando varias realidades muy preocupantes y tiene consecuencias económicas y sociales de fondo para el corto, mediano y largo plazo”, explica el economista Dewin Pérez, director del Observatorio Laboral de Cartagena y Bolívar. El especialista expone algunas de esas realidades que estarían detrás de esas cifras.
1. El altísimo nivel de riesgo en el que están nuestros jóvenes en el marco de una sociedad en donde se impone la cultura de la ilegalidad y del “todo vale”, sobre todo por la percepción de que mucha gente lo ha logrado por la vía fácil, ya sea en el mundo del hampa, tanto de alto nivel social y corbata, como en las periferias sociales.
2. La pésima expectativa de muchos jóvenes con un sistema educativo que muchas veces no responde a sus necesidades y que no impacta de la mejor forma en la inserción a las dinámicas productivas y, en ultimas, no contribuye a transformar la realidad social. El sistema educativo no está enamorando a nuestros jóvenes, pero sobre todo podría estar en el fondo la pregunta: ¿Estudiar para qué?
3. Las jóvenes ‘ninis’ concentran el 65 % del total, eso es 43.700 mujeres jóvenes que están muy probablemente en los oficios de casa y tareas de cuidado en el hogar y esto es tremendamente preocupante, porque contribuye a aumentar la grandes brechas económicas y sociales entre hombres y mujeres.
4. Los estudios que se han realizado desde el Observatorio Laboral de Cartagena y Bolívar, con respecto al tema, identifican esas brechas y la importancia del papel que juega el acceso a la educación para ir desmontando barreras e ir cerrando brechas. El mismo ente indica que “estos datos son dañinos frente a la expectativa de una economía que sea equitativa para mujeres y hombres”.
De esos 67.400 jóvenes, según las estadísticas, el 60,6 % solo estudió hasta la básica primaria; el 20,9 % hasta básica secundaria; el 36,3 % hasta la media técnica y el 16,5% tenía educación universitaria.
