Las madres siempre han sido un ejemplo de lucha y tenacidad. Tienen la capacidad de entregar amor incondicionalmente y, en muchos casos, aunque suene cliché, literalmente se quitan el pan de la boca para que sus hijos no pasen hambre ni necesidades. Hay quienes creen que tener muchos hijos es cosa del pasado, sin embargo, la realidad demuestran lo contrario.
Lucila Esther Matos Sánchez es una mujer que lleva muy bien puesto el título de ‘madre’. Tiene 42 años y en su vientre ha llevado 11 embarazos; dos de ellos sin final feliz. Ha traído al mundo a nueve hijos con el dolor de un parto natural, pero lastimosamente dos de ellos murieron a corta edad. Hoy vive con siete hijos en Pasacaballos, en el sector Los Almendros, en una humilde casa que, al caer la noche, casi reúne a un equipo de fútbol.
"Tener tantos hijos es una cosa seria y difícil. Yo antes estaba sola con ellos y tenía que trabajar en todo momento: planchaba, lavaba y en muchas ocasiones pedía cualquier cosa para sostenerlos. Es complicado tener ese poco de muchachos y no tener un trabajo fijo ni un sueldo estable", dice Lucila.
A los 18 años tuvo su primera hija. Vivía junto con sus padres y empezó un camino de madre soltera que, años después, llegó a su final cuando encontró a un hombre que la aceptó con los tres hijos que hasta ese momento tenía.
"Yo no tenía una orientación, y me daba miedo ‘desconectarme’. De haber sabido que era una cosa tan sencilla seguramente no hubiese tenido tantos hijos. En ese tiempo yo no pensaba en eso, no tenía los pies sobre la tierra. A pesar de las dificultades, no me arrepiento de haber tenido a mis niños. Son mi vida", dice.
Lucila asegura que a sus hijos no les ha faltado nada, que a todos les ha brindado estudio porque tiene fe en que serán personas de bien, que saldrán adelante y, por qué no, que "alguno de ellos me saque el pie del charco antes de que me muera".
Ponerlos a todos juntos es darse cuenta de que la genética no miente, y que los rasgos entre hermanos se reafirman y en otros se pierden. Cuatro de sus hijos son de padres diferentes, los otros tres, bajo el mismo apellido, llevan la sangre ‘pintada’.
Por sorprendente que parezca, Lucila no es la única madre en la ciudad que tiene 7 hijos. En 2017, 37 madres registraron tener esta cifra de hijos, según las estadísticas del Dane.
Sin limitaciones
Lucila se dedicó a sacar adelante a sus hijos. La primera en llegar a su vida fue Bleidis Patricia (que ahora tiene 24 años), después nació Elkin Daniel (23 años), Deivis José (16 años), Wilmar (12 años), Luis Esneider (8 años), Mairilyn (7 años) y Yulibeth, la menor, de 6 años.
"Trabaje los tres primeros meses de mi primer embarazo. Cuando parí mi mamá me atendía la niña mientras yo me iba a trabajar al mercado. Con el segundo fue igual. Cuando me pagaban le daba la mitad a mi mamá, le compraba a los niños lo que necesitaban y si me quedaba algo era para mí. Uno tiene que pensar en los hijos primero.
"A pesar de la pobreza nunca pensé en abandonar a mis hijos. Ahora hay muchachas que paren y dejan a los hijos por ahí tirados, no los tienen en cuenta, piensan nada más en ellas y no en los niños", finalizó Lucila, al igual que terminó, hace 6 años, con la maratónica jornada de traer hijos al mundo.
