¿Se ha encontrado alguna vez un caracol africano o una fragata portuguesa que parece una aguamala común? ¿Los ha cogido inocentemente, pensando que son inofensivos?, pues tenga cuidado. Son especies sumamente peligrosas.
En marzo de este año, el Establecimiento Público Ambiental (EPA) alertó sobre la invasión de la fragata portuguesa en las playas, y hace una semana advirtió también sobre la posible presencia del caracol africano en la ciudad. (Lea también: EPA lanza alerta por presencia de "Carabela Portuguesa" en las playas).
Eluniversal.com.co habló con expertos y autoridades ambientales sobre el tema. Le contamos por qué no debe acercarse a estas especies y cómo actuar en caso de tener contacto con ellas.
CARACOL AFRICANO
No se sabe exactamente hace cuántos años se introdujo el caracol africano a Colombia, especie nativa del Este de África (Kenia y Tanzania). Lo que se conoce es que en el 2011, el gobierno decretó una alerta ambiental para evitar su propagación. (Vea también: Alarma por plaga de caracoles africanos).
Lo que sí es cierto -según los biólogos marinos de la ciudad- es que este animal entró al país bajo el pretexto de sus propiedades comestológicas y desde que invadió el territorio nacional tiene en jaque a las autoridades ambientales, que luchan a toda costa para evitar que se siga expandiendo.
La babaSi usted es de las personas que aún cree que la baba de cualquier caracol tiene efectos estéticos, deje atrás ese mito. El biólogo marino del EPA, Gabriel Luna González, explica qué tan peligroso puede resultar extraer esta sustancia sobre la que se desplaza este molusco.
"No es la baba sobre la que se desplaza sino un extracto de unas glándulas especiales del caracol que hay que sacar bajo ciertas condiciones para que tengan las propiedades cosméticas que se pretenden. No es cualquier caracol el que las tiene, el africano contiene parásitos que son muy peligrosos para la salud humana", precisó.
Autoridades alerta
Hasta el momento no hay confirmación de que el caracol africano- considerado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una de las 100 especies más dañinas y destructivas del mundo- esté en Cartagena. Se sospechosa de su presencia porque el EPA ha recibido llamadas de los ciudadanos que aseguran haberlo visto, pero cuando los técnicos hacen la inspección se encuentran con el caracol nativo. (Lea también: EPA alerta nuevamente sobre presencia de caracol africano).
"La idea no es crear una alerta o miedo acerca de la especie que es bastante difícil de diferenciar del nativo. No nos podemos guiar mucho de la coloración porque esta varía dependiendo del hábitat. El caracol tiene características distintivas que sólo personal capacitado puede detectarlo", agregó Luna.
Si una persona llega a tener contacto con este animal, puede producirle enfermedades respiratorias, digestivas y neurológicas, como la meningitis. La especie es tan dañina que puede destruir, incluso, ecosistemas completos y hectáreas de cultivos.
Pero la alerta no sólo se ha emitido en la ciudad. Hace cinco días, se prendieron las alarmas en 24 municipios de Antioquia por la presencia de este animal. En Cali, tiene invadidas 13 comunas y también ha estado en departamentos cercanos al nuestro como Sucre (Sincelejo) y Atlántico (Barranquilla). No obstante, asegura el biólogo del EPA, existe la posibilidad de que la especie esté en Bolívar. (Vea también: Se inicia campaña preventiva sobre el caracol gigante africano).
Lo que le preocupa a las autoridades es que con las lluvias aumenta más el riesgo de que se reproduzcan estos moluscos, pues los ambientes húmedos -de acuerdo a la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique)- son perfectos para su crecimiento.
Es por ello, que ambas entidades ambientales reforzaron las campañas en la ciudad para que la gente esté prevenida. Además, se monitorea la zona limítrofe con los departamentos de Córdoba, Sucre y Atlántico, donde el animal ha estado presente.
¿Dónde está y qué hacer?
El caracol africano -que produce hasta 200 huevos cada tres meses- se alimenta de heces de animales, basuras y escombros. Puede encontrarse en el jardín y hasta en zonas boscosas como el Cerro de La Popa, Cerros de Albornoz y toda vegetación.
Si usted ve un caracol, lo primero que debe hacer -recomiendan los expertos- es identificar si se trata del gigante africano. Puede diferenciarlo del nativo por la combinación de sus colores beige y café. Además tiene siete espiras (como especie de una tuerca) desde la parte más ancha hasta la punta. Su caparazón es recto, no curvo como el del caracol nativo.
Si está seguro que se trata de este molusco originario de África, tómelo con unos guantes de látex, métalo en una bolsa de plástico y llame al EPA o Cardique. Evite que los niños o mascotas se acerquen y limpie con agua, jabón e hipoclorito de sodio el lugar por donde se desplazó el caracol.
FRAGATA PORTUGUESA
La fragata o carabela portuguesa, como también se le conoce, es otro animal con el que usted también debe tener mucha precaución por su naturaleza urticante, es decir, que produce picazón y mucho ardor una vez expulsa las toxinas que son tan dañinas que pueden incluso causar la muerte.
El contacto con este animal puede dejar marcas permanentes en la piel, como si se hubiesen sufrido quemaduras con una plancha.
Es fácil de diferenciar por sus hermosos colores entre violeta y rosado transparente en su flotador, que le permite ser poco visible en el mar. Sus tentáculos -según el biólogo marino del EPA, Gabriel Luna- pueden alcanzar hasta 50 metros y puede flotar con su neumatóforo (cabeza) como una vela erecta que se puede extender unos 15 centímetros.
¿De dónde vienen?
El experto precisa que "esta es una especie con los ciclos de vida muy poco conocidos y estudiados. Se reproduce en el Caribe a finales de año, de octubre a diciembre y vienen a aparecer sobre los litorales a partir de mayo, impulsados por los vientos alisios. Llegan todos los años".
A esta especie sí se la ha visto varada en las playas de La Boquilla, Marbella, Bocagrande e islas del Rosario. En abril del año pasado, el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo advirtió sobre la presencia de este pariente de la aguamala en el archipiélago de Nuestra Señora del Carmen y Barú. Y un mes después, un turista en Bocagrande fue alcanzado por los tentáculos de este depredador de aguas abiertas. (Lea también: Si va a la playa tenga cuidado con la Fragata Portuguesa o "Aguamala").
El director del Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE), Álvaro Cruz, dijo que en 2015 se atendieron sólo 3 casos de estos, que por fortuna no pasaron a mayores y fueron reportado ante el Ministerio de Salud.
¿Cómo actuar si tiene contacto?
Si usted es picado por la carabela portuguesa, evite tocar los cilios o tentáculos. Tenga en cuenta que si se vierte orín o vinagre sobre la parte afectada- como se creee- puede acelerar el proceso de liberación de toxinas. Colóquese hielo y diríjase de inmediato a un centro hospitalario.
"La picadura es como si fuera una lanza que se incrusta en la piel liberando unas toxinas que generan la reacción alérgica y de otro tipo, como náuseas, dificultad respiratoria y alteraciones cardíacas, incluso la muerte", sostuvo el también biólogo Valdelamar.
Esta empanada (conocida así en La Guajira por su forma) es complicada de controlar y erradicar, -recalca el EPA- pero por fortuna se tienen estandarizados los protocolos de atención a nivel nacional. La fragata portuguesa no es exclusiva de acá, se le puede encontrar en el océano Atlántico o Pacífico.
¡Esté atento!
No se trata de generar pánico en los bañistas ni en las casas, es cuestión de precaución. Si llega a ver estas especies, esté atento y siga las recomendaciones de las autoridades ambientales.
Otras especies invasoras
De acuerdo a un listado que expidió hace algunos años el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, otras de las especies que han invadido Cartagena son la garza bueyera, proveniente de África y considerada altamente dañina por la forma en que compite por el hábitat con otros animales; la paloma común, de Europa y portadora de piojos y parásitos; la jaiba azul, muy perjudicial para las pesquerías (pueden entrar en los lastres de los buques); el pez león, originario del indopacífico y asentado hace 5 años en la ciudad (puede acabar con las larvas de todas las especies de un arrecife); y la María Mulata, propia de México y calificada como potencialmente agresiva con otras aves.
El ataque de estas especies a los ecosistemas es la principal causa de la pérdida de la biodiversidad en el mundo.
