Seguro le ha pasado que preciso cuando está de afán lo agarra una ola de semáforos en rojo. No se lo tome personal. Todo está controlado automáticamente a través de sensores que ‘deciden’ cuánto tiempo quedarse en rojo o verde, de acuerdo al flujo vehicular de la vía en la que usted va.
La semaforización de Cartagena es inteligente y cuenta con su propio sistema de comunicación, una red de fibra óptica que garantiza los tiempos de respuesta entre el controlador y la central. También tiene cámaras que captan imágenes en tiempo real (unas 56 fijas y dos tipo domo o giratorias).
Aunque parece que La Heroica tuviera un semáforo en cada esquina, la realidad es que la ciudad cuenta con 73 en funcionamiento. El sur es la zona que más dispositivos de estos tiene (unos 30, que van desde el sector de los Cuatro Vientos hasta el barrio San Fernando).
El ingeniero y jefe del Departamento de Semaforización de Alumbrado Público, Robert Iriarte Miranda, explicó que los semáforos funcionan a través de un software adaptativo inglés llamado Scoot, que es manejado desde una central con seis monitores.
¿Y CÓMO FUNCIONA?
Un semáforo puede durar desde 26 hasta 150 segundos, dependiendo del flujo vehicular de cada intersección. Por eso puede hacérsele eterno un cambio, porque en realidad dura más que el promedio de los demás semáforos que usted usa.
"Este es un sistema que, a través de unas cámaras-detectores, indican al semáforo qué cantidad de flujo pasa por cada uno de sus brazos y él automáticamente regula el tiempo del controlador. Teniendo en cuenta la cantidad de vehículos, le dice al controlador cuáles son los tiempos de verde que deben darse", explicó.
Los semáforos van cambiando dependiendo también de la hora y algunos vienen con dispositivos sonoros para invidentes, así y pulsadores de demanda para el peatón. De estos, hay instalados en el Centro, sector Castellana, parque del Reloj Solar, Bocagrande, Manga y la Avenida Venezuela.
El cambio de tiempos también depende de los planes horarios: hora pico de la mañana, hora pico del mediodía, hora pico de la tarde, las horas valle (9:00 p.m. a 12:00 a.m.), y el plan de la madrugada, que es más tranquilo.
Por eso también sucede que el presidente Juan Manuel Santos, en su caravana, nunca tiene que esperar cambio de semáforo en La Heroica, por la programación. Las llamadas 'olas verdes' se programan desde el centro de control, pues por motivos de seguridad, no se puede esperar el cambio de luces. Para esto, se tiene en cuenta la velocidad, hora, infraestructura vial e intersección.
Según Alumbrado Público, Cartagena es la única ciudad del país que cuenta con un sistema de semaforización que tiene la ventaja de trabajar con tráfico actuado y tráfico adaptativo.
"Existen dos formas de hacer tráfico inteligente: una es tráfico actuado, donde se hacen cambios en los tiempos del semáforo, y la otra es tráfico adaptativo, que además de cambiar los tiempos del semáforo, también puede cambiar el ciclo (tiempo total de la intersección). Nuestra central tiene la ventaja de hacer los dos", manifestó el jefe del Departamento de Semaforización.
CONDUCTORES INCONFORMES
El sistema de semáforos ha causado gran malestar entre taxistas, conductores particulares y de transporte público colectivo, quienes aseguran que la cantidad de semáforos que hay en las vías es desmedida y en vez de regular el tráfico generan más trancón.
"Esta es la única ciudad del mundo donde en una glorieta hay tres semáforos, como ejemplo tenemos la del Castillo de San Felipe. Los semáforos no tienen un adecuado diseño de tiempo, no son lo suficientemente inteligentes para la fluidez vehicular. No manejan lo que llamamos compensadores del tiempo, que cronometran los cambios de luces", enfatizó Juan Carlos Trespalacios, presidente de la Asociación de Trabajadores del Transporte Público (Asontracar).
Por su parte reconoció que las largas filas en los semáforos son generadas muchas veces por buses y busetas que, para recoger más pasajeros, esperan que las luces cambien hasta dos y tres veces.
Se pensaría que para calmar los ánimos, sería más sencillo tener temporizadores, y así el conductor sabe cuánto tiempo debe esperar antes de poder arrancar, como sucede en Barranquilla. La mala noticia es que Cartagena no tendrá contadores de ese tipo. Alumbrado Público sostiene que el propio sistema no permite instalar temporizadores a los semáforos, porque estos cambian dependiendo del flujo vehicular.
"Barranquilla tiene contadores regresivos porque tiene una central antigua, que se maneja con tiempos fijos, es decir, ya el controlador sabe exactamente cuánto tiempo le va a dar a un verde y por eso lo puede señalizar en el tablero; mientras que acá no se le puede dar tiempo porque depende del tráfico", indicó Iriarte.
Pero, ¿Por qué en una glorieta hay hasta dos y tres semáforos? Alumbrado público señala que "debido a la falta de cultura vial, que los conductores no respetan las prioridades y a que las mismas glorietas están partidas o son muy pequeñas, se hace necesario controlar el tráfico vehicular con estas señales".
MODERNIZACIÓN
Poco a poco se ha ido modernizando el sistema de semaforización en Cartagena. Hace un año, a raíz de las quejas de decenas de conductores que eran captados por las cámaras de fotomultas cuando no alcanzaban a acelerar a tiempo en el cambio de luces, Alumbrado Público implementó el 'sistema de aviso de parpadeo', que en los últimos segundos de verde alerta al conductor de que el semáforo está próximo a hacer el cambio.
La estrategia, que muchos consideran acertada porque le da oportunidad al conductor de prepararse, tomó más fuerza con la puesta en marcha de Transcaribe, pues los articulados no alcanzaban a frenar y debían volarse los semáforos en rojo. Hoy, trabajan en un proyecto para instalar todas las intersecciones de la Troncal de Transcaribe, las faltantes y la interconexión con el Centro de Control.
El proceso de remodelación es apoyado por la firma Siemens, a través de un ingeniero de red que llegó desde Inglaterra. Unos 21 semáforos serán instalados para facilitar la movilidad de todos los buses del SITM. Según ha dicho la concesión, la instalación de la fibra óptica va avanzada entre un 90 y 95%.
Las intersecciones tendrán su propio sistema de energía, lo que quiere decir que si hay interrupciones en el fluido, estos siguen funcionando normalmente durante unas ocho horas. Se prevé que los trabajos estén listos en unos 45 o 60 días.
¿DEMASIADA ‘SEMAFORITIS’?
El Manual de Señalización del Ministerio de Transporte dice que hay tres factores que determinan que una esquina necesita semáforo: que por hora, 250 personas que crucen la intersección, que haya alta afluencia de vehículos, y que existan antecedentes de accidentalidad.
Sin embargo, Daniel Toro González, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Tecnológica de Bolívar -y quien lleva más de 18 años haciendo estudios de movilidad- argumenta que hay zonas críticas de la ciudad en las que se podrían implementar soluciones viales de infraestructura, sin la necesidad de semáforos.
"Si se proveen las herramientas básicas para mantener el flujo es mejor no tener semáforos. Es mucho mejor tener como alternativa una obra de infraestructura, un paso a desnivel u otro tipo de soluciones que faciliten aún más la movilidad", recalcó.
El académico insiste en que se pueden poner en marcha estrategias, como los contadores regresivos para que las personas sepan cuánto tiempo falta para que el semáforo cambie, y que el contador se adapte inteligentemente a la duración de cada luz.
Y la idea no es tan descabellada -opinan otros expertos- pues esto además de minimizar el desespero de los conductores, reduciría la accidentalidad.
Alumbrado Público asegura que Cuatro Vientos, Sao, India Catalina, Puente Jiménez, Las Gaviotas y Ceballos, son los sectores más neurálgicos en movilidad, donde pese a que el tráfico se regula con semáforos, la congestión es el pan de cada día, sobre todo en horas pico.
Es difícil pensar en otras opciones que permitan mantener un tráfico mucho más fluido, cuando el semáforo resulta ser la solución más económica a los problemas de movilidad. Estos dispositivos de señalización se mantienen con el 14,5% que le entra al Distrito del impuesto de alumbrado público. La Alcaldía no aporta dinero, salvo que sea una expansión del sistema.
Así las cosas, el Distrito, antes de estudiar si es viable o no instalar semáforos en otros puntos, debería garantizar que toda la red existente tenga energía autónoma para que la movilidad no colapse porque los semáforos están apagados por fallas en el servicio que presta Electricaribe. Es al menos una solución más barata que llenar la ciudad de ‘deprimidos’.
