Desde que nació el fenómeno de las pandillas en Cartagena, el Distrito no ha dejado de realizar esfuerzos para rescatar a los jóvenes que se hacen parte de estos grupos en conflicto. A esta lucha se ha unido el Departamento para la Prosperidad Social (DPS) de la Presidencia de la República, con el programa “Legión del Afecto”.
El proyecto, que se ejecuta desde el 2002 en 33 regiones del país, tiene como eje principal brindarles oportunidades a los jóvenes para que se empoderen de sus comunidades y sean artífices de paz.
En Cartagena, la iniciativa se desarrolla con muchachos de Villas de Aranjuez, Bicentenario y Flor del Campo, y pretende replicarse en otros barrios afectados por esta problemática, no solo con jóvenes en riesgo sino con aquellos que no tienen esperanza de un futuro mejor.
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El pasado 4 de octubre, a través de jornadas deportivas, culturales y expresiones artísticas, el DPS integró a los adolescentes de estos barrios con el fin de romper el paradigma de las “fronteras invisibles” y la exclusión social.
Cerca de 700 personas de dichas comunidades y zonas aledañas, disfrutaron de la actividad en la que quedó claro que aún falta por construir convivencia y paz territorial, como lo expresó Manfred Navarro Meza, miembro del Equipo Técnico Nacional de “Legión del Afecto”, quien trabaja con los jóvenes en la ciudad.
“Lo que estamos haciendo en Cartagena es de gran significado porque les estamos ayudando a estos jóvenes a construir una identidad cultural, paz territorial para mejorar su calidad de vida. Son jóvenes estigmatizados, excluidos, que encuentran un espacio en la ‘Legión’ para llevar alegría y afecto a sus comunidades, a través del arte y así empezar a darles sentido a sus vidas y no jugársela tan fácilmente en las esquinas”, precisó Navarro.
Para Marco Valiente Herrera, joven de Villas de Aranjuez beneficiado con el proyecto, hacer parte de “Legión del Afecto” le ha permitido reencontrarse consigo mismo y descubrir que tiene mucho para dar y empezar a construir sociedad.
“Mi vida ha cambiado, éramos pandilleros, peleábamos mucho. No nos podíamos ver con los muchachos de las Torres porque nos ‘tirábamos’, no podíamos salir, pasábamos encerrados. Gracias al proyecto he empezado a ver las cosas de una forma distinta, ahora si podemos caminar por ahí, porque hicimos las pases. No queremos más guerra, queremos paz”, relató.
Según cifras oficiales de la Secretaría del Interior del Distrito, el pandillismo se viene incrementando en la ciudad desde 1996, cuando solo existían 27 bandas y ya en 2009 se disparó en un 60%.
La meta del proyecto es lograr que 20,000 jóvenes en toda Colombia dejen atrás la violencia y se vinculen a procesos de resocialización, a través de la explotación de sus talentos o el lenguaje del arte y la música.
Antioquia, Cundinamarca, Guajira, y Bolívar hacen parte de las 33 regiones del país donde el gobierno nacional a través de este programa acompaña a los jóvenes vulnerables al conflicto.

