Anthony Bello tuvo que llevar a su hija Angelina, de 8 años, hasta Venezuela para que le dieran un diagnóstico acertado. La niña tiene cáncer.Después de sufrir una caída y golpearse, la familia de la menor se preocupó al ver que su pierna izquierda se hinchaba de manera desmedida, por ello tomaron la decisión de pedir cita con un médico de Caprecom EPS, quien todo el tiempo insistió en que solo se trataba de un golpe.El hecho de vivir en Maicao (Guajira), les facilitó, hace cuatro meses, seguir las recomendaciones de allegados, cruzar la frontera y llevar a Angelina al vecino país, donde la atendieron, le hicieron una resonancia magnética y les dijeron que se trataba de un osteosarcoma de fémur (cáncer óseo más común en niños).Sin embargo, la menor y sus padres tuvieron que regresar a Colombia porque en Venezuela no era posible la biopsia y demás procedimientos que Angelina necesitaba. Así pues, una vez en Maicao, Anthony y su esposa encargaron sus otros dos hijos a una de sus abuelas, empacaron maletas y por sus propios medios llegaron a Cartagena buscando la atención que la niña necesita.Este año, ocho de los 55 niños que han sido diagnosticados con cáncer en Cartagena, han fallecido, según el Observatorio de Cáncer Infantil. La mitad de ellos tuvieron problemas de tipo administrativo durante su diagnóstico y/o tratamiento, debido a la falta de contratos de las EPS con unidades atención de cáncer infantil.Ante la imposibilidad de que la IPS que recibió a Angelina la mantuviera hospitalizada por no tener contrato con Caprecom, sus médicos tratantes fueron enfáticos en la agresividad de su enfermedad y la importancia de que se cumpliera con el tratamiento de quimioterapia, lo cual ha salido de las manos de sus padres.
Y AHORA A BARRANQUILLAComo si no fuera suficiente haber tenido que salir de su casa en Maicao y dejar a sus dos hijos al cuidado de otra persona, ahora Anthony tendría que viajar a Barranquilla para que Angelina cumpla con los ciclos de quimioterapia que le ordenaron sus especialistas, lo cual tiene al hombre y a su esposa muy confundidos.La orden para quimioterapia de Angelina se venció el pasado 1 de septiembre. Ni un fallo de tutela a favor de la niña, ni un incidente de desacato garantizaron que la entidad cumpliera.Solo hasta esta semana, después de que El Universal se comunicara con la Superintendencia Nacional de Salud y pusiera en conocimiento la situación de la menor, Caprecom llamó a Anthony para informarle que su hija sería atendida hoy en el Hospital Universitario Cari de Barranquilla.“La orden de la quimioterapia de la niña se perdió y no se la hicieron. Caprecom no había contestado el derecho de petición ni la tutela. Me llamaron para decirme que el 11 (hoy) debemos viajar para que la niña sea valorada por un oncólogo pediatra”, explicó en padre de la menor.Para desplazarse, Anhony y su hija solo recibieron de Caprecom los tiquetes ida y vuelta de Cartagena a Barranquilla. La EPS no respondió por gastos de alimentación ni alojamiento, en caso de que la niña deba ser hospitalizada en la capital del Atlántico.
PREDICTORAS DE MUERTEEn una reunión convocada por el Departamento Administrativo de Salud Distrital (Dadis) en mayo de este año, el Observatorio de Cáncer afirmó que los problemas administrativos han convertido a las EPS en “predictoras de muerte” de sus pacientes.“El 80% de los niños diagnosticados a tiempo y que reciben atención médica oportuna se pueden curar del cáncer, pero el abandono del tratamiento es la principal causa de mortalidad de estos pacientes. Abandonar es igual a morirse en cáncer infantil”, sostuvo en esa oportunidad el oncólogo pediatra Ángel Castro, agregando que las cifras recopiladas por el Observatorio, después de dos años de trabajo, son alarmantes.
