Para quienes han tenido la oportunidad de verlo dirigir la Orquesta Filarmónica, les queda difícil imaginar que en algún momento el maestro Édgar Avilán Cáceres, estuvo prácticamente sordo.
Tal y como lo recuerda el músico, tuvo una infancia normal, muy feliz y su oído prodigioso hizo que desde pequeño se destacara entre otros niños.Su habilidad natural para la música le permitía identificar la nota exacta en la que se daban sonidos rutinarios como el de un timbre o una campana.A los 10 años decidió que la música era su vida y a los 11 inició la carrera hacia ese sueño.
En el Conservatorio de Música del Tolima, sus profesores catalogaban su oído como “fabuloso” y era capaz de transcribir la música a su lenguaje gráfico sin mayor inconveniente.
Graduado, a los 20 años, se dedicó a la docencia en música en el Conservatorio de Música del Tolima, oficio que alternaba con la interpretación del clarinete en la Banda Sinfónica del mismo departamento.
SU LLEGADA A CARTAGENADespués de dicha experiencia Avilán Cáceres llegó a trabajar en el Colegio INEM José Manuel Rodríguez Torices de Cartagena como docente de música y al poco tiempo fue trasladado al INEM Simón Bolívar, en Santa Marta, donde aprovechó su pasión por la naturaleza y empezó a estudiar Biología y Química en la Universidad del Magdalena, donde fundó el coro de esta universidad.
Fue en ese entonces cuando Édgar, por primera vez, se dio cuenta de que algo fallaba con sus oídos.
“No escuchaba, por ejemplo, cuando en la oficina contigua sonaba el teléfono, y al consultarlo con especialistas, estos me recomendaron una intervención quirúrgica en la cual finalmente me realizan una estapedectomía (tratamiento comúnmente utilizado para casos de otoesclerosis), y gracias a la cual recuperé nuevamente mi audición. Con la advertencia de que podían suceder dos cosas: que la sordera fuera progresiva y se detuviera en algún momento o que perdiera la audición definitivamente”, recuerda el maestro.
Al regresar a Cartagena en 1986, Avilán se hizo Director de coros de la Universidad de Cartagena y de la Escuela de Cadetes de la Armada Nacional de Colombia, donde continuó su trabajo en la música.
Y uno de sus mayores logros se materializó cuando, en el 2002, fundó la Orquesta Filarmónica Juvenil de Comfenalco y en el 2006 se creó la Escuela de Música de Comfenalco.
CAMBIÓ SU VIDA“Era diciembre, y estábamos en un concierto en el Teatro Adolfo Mejía ante unas 700 personas, y en mitad del concierto, de frente a la Orquesta Filarmónica Juvenil, con la responsabilidad de dirigirles en plena obra y observando cómo los estudiantes se movían e interpretaban los diferentes instrumentos, todo quedó en silencio. Sentí pánico durante 30 segundo, pero poco a poco recuperé algo de la audición. Muchas cosas pasaron por mi mente; los años de dedicación a la música, no solo por mi trabajo sino en cuanto al disfrute de este arte, mi calidad de vida, en fin”.
Después de ese episodio, el maestro Édgar visitó a la otóloga Nelly Rodríguez, quien le habló de la posibilidad de un implante coclear (dispositivo electrónico diseñado para personas con pérdida auditiva neurosensorial de severa a profunda), y él accedió a usarlo e inició la solicitud formal ante su EPS.
Hace tres años, Jaime Gustavo Hernández, otorrinolaringólogo y director del centro de audiología e implantes cocleares de la clínica de Medellín, llegó a Cartagena hacerle a Édgar el implante coclear de la casa MED-EL, que tras su recuperación y los cuidados necesarios le permitió recuperar la audición.
Listo para volver a las tarimas, el maestro Avilán Cáceres ofreció un concierto de gala en el Teatro Adolfo Mejía con la Maestra Francesca Canali, solista, flautista de la Orquesta Filarmónica de Salzburgo (Austria), y de ahí en adelante ha continuado haciendo lo que más lo apasiona: “la música en su más bella expresión y orientada a su enseñanza para las nuevas generaciones de niños y jóvenes, que se pueden beneficiar de muchas formas por todo lo que representa y exige”.
DISCAPACIDAD AUDITIVAJaime Gustavo Hernández, otorrinolaringólogo y director del centro de audiología e implantes cocleares de la clínica de Medellín, explicó que desafortunadamente en los países en vía de desarrollo las enfermedades que afectan el oído, son todavía muy comunes.
“La audición se puede perder de manera leve, moderada o profunda. Desde el embarazo hay enfermedades que afectan a la madre como la rubéola y otros virus que lesionan al bebé que puede nacer con una pérdida parcial o total de la audición, lo que también puede ser causado por enfermedades infecciosas, los primeros años de vida”.
Según el especialista la pérdida de la audición también es causada por mal uso de medicamentos, traumas acústicos o accidentes, que tienen solución con el uso de implantes de varios tipos que permiten la recuperación de un 80 al 100 por ciento de la audición.
IMPLANTE COCLEARES El implante coclear tiene dos componentes, uno interno y uno externo que se encarga de reemplazar las celular del oído interno que están dañadas y que permiten la audición del paciente.
“En nuestro país el implante coclear es suministrado por las EPS, que después de los estudios necesarios deben autorizar la cirugía (...) El logro con los niños es maravilloso porque si logramos que el implante se haga antes del año, los niños aprenden a hablar normalmente y tienen un desarrollo como cualquier otra persona. Con un diagnóstico precoz son mucho mejores los resultados”, concluye el especialista.DÍA DEL IMPLANTEN COCLEAREn 1977 se implantó exitosamente en Viena el primer implante coclear multicanal en el mundo. Hoy, 38 años después, esta valiosa invención ha permitido a niños y adultos mejorar su capacidad auditiva y por ende, tener una mejor calidad de vida.
Estos usuarios son capaces no sólo de oír sonidos ambientales de forma natural sino también de comprender sonidos del habla y la música, permitiéndoles comunicarse con su entorno y lograr mayores oportunidades sociales, educacionales y profesionales. “La idea de abrir el mundo de los sonidos a personas que vivían en silencio pudo sonar absurda en algún momento dado. Hoy es sobrecogedor ver a todos los bebés, niños y adultos de todo el mundo a los que se les han abierto las puertas al sonido y al habla gracias a esta tecnología”, manifiesta el Dr. Franco Portillo, MED-EL Regional Manager Latinoamérica Central y del Norte.
Volver a escuchar sonidos casi olvidados y que me trasladan a aquella infancia, cuya definición de normalidad cambió con mi propia experiencia de vida y hace de su recuerdo algo más maravilloso. Por eso le aconsejo a todo aquel que necesite un implante que no lo dude, que su vida se transformará radicalmente aportando mayor calidad de vida y nuevas experiencias”.


