El deterioro del edificio donde funcionó Cines La Matuna, en la avenida Daniel Lemaitre, viene generando temores y molestias a vecinos y transeúntes.
La última situación preocupante se presentó el pasado sábado, cuando en medio de un aguacero, las láminas de zinc que fueron instaladas por el Distrito para encerrar el lugar se vinieron abajo.
Mónica Quintero Ipial, comerciante del sector, afirmó que pese al peligro que corrían los transeúntes de la concurrida avenida, ninguna autoridad intervino en el levantamiento de las láminas hasta la mañana de ayer.
“Esas láminas ya habían sido partidas por indigentes y habían venido a arreglarlas, pero quedaron tan mal pegadas que la brisa del aguacero las tumbó enseguida”, explicó Quintero.
VIVEN ATEMORIZADOSLa comerciante señaló que la alarma por el desgaste de la estructura se encendió hace unos 8 meses cuando una pequeña parte de la edificación se cayó sobre la avenida, y otra del lado del edificio Concasa, ubicado en la parte trasera de las antiguas salas de cine.
Ante lo que parecía un inminente desmoronamiento y para evitar situaciones lamentables, el Distrito, que adquirió dicha propiedad en 2007, procedió a cerrar el edificio con láminas de zinc.
“Vinieron a sellar todo el frente, pero la parte del parque, donde también sobresale el segundo piso del edificio no la cerraron”, indicó Quintero.
Advirtió que desde entonces los habitantes de calle emprendieron una lucha inagotable por apoderarse del lugar, de modo que ha tenido que soportar todo tipo de malos olores e incluso enfrentar su primer asalto en el negocio de celulares y accesorios móviles que atiende.
“Hace días los gamines rompieron el zinc y eso se convirtió en la porquería más grande. La gente tiraba basura y escombros ahí dentro (...) A nosotros ya nos hicieron un atraco y la visibilidad de este local como negocio quedó nula porque nos bajaron las ventas de manera impresionante”, dijo Quintero.
Gustavo Racero Muñoz, administrador de una tienda naturista, agregó que al antiguo Cines La Matuna “se mete mucha gente a consumir droga. En las noches esto queda tan oscuro que muchos gamines se aprovechan de eso, se esconden y atracan”.
Agregó que “a nosotros mismos nos tocó barrer y limpiar. Había toda clase porquerías. Las cucarachas y los ratones se nos meten a los locales”.
Para buscar solución a esta situación, Quintero precisó que los comerciantes manifestaron sus molestias a la Alcaldía, pero “ellos dicen que en la Alcaldía hay suficiente plata y que las veces que tumben el zinc vendrán a ponerlo. Hay plata para tapar y perjudicar, pero no para organizar y solucionar. Eso lo pueden alquilar y darle un uso. Hay gente que viene preguntando”.
Advirtió que el Distrito debe mandar ingenieros a que revisen el estado del edificio.
“Que revisen debido a qué fue que se cayó una parte porque hace 8 meses no se ha caído nada más, y si el edificio se va a caer ese zinc no va a proteger nada”, aseveró Quintero.
El Universal intentó obtener declaraciones de la Alcaldía y no fue posible.

