Oswaldo Álvarez Padilla tiene 17 años y en marzo del año pasado sufrió una lesión de ligamento cruzado (rodilla) que no ha sido tratada, lo cual podría comprometer su futuro como beisbolista.Oswaldo es hijo del hombre que iniciando el 2014, hizo una huelga de hambre, encadenado a la puerta de la Clínica General del Norte, con el fin de denunciar “el mal servicio que le presta la clínica a los usuarios de la extinta empresa estatal Colpuertos.
Al día de hoy las inconsistencias en la atención divulgadas en aquella oportunidad, no han variado mucho y en esta ocasión Oswaldo, hijo, es un ejemplo de ello.
Según la familia del joven, este se lesionó hace casi un año y todavía no lo han operado porque la Clínica General del Norte no ha querido aprobar la orden para que el muchacho sea intervenido en el Nuevo Hospital de Bocagrande, donde su especialista asegura tener la instrumentación necesaria para la cirugía y para que Oswaldo, después de la debida rehabilitación, pueda seguir jugando el deporte de la pelota caliente.
La directora de la Clínica General, Carmen López Lordaneta, dice que la cirugía la deben hacer en la Clínica Blas de Lezo, pero el médico especialista de mi hijo dice que en el lugar no cuentan con la instrumentación que se necesita”, indicó Oswaldo Álvarez Almeida, pensionado de Colpuertos.
Por lo anterior, el pasado jueves los afectados instauraron una tutela en la que solicitan que Oswaldo sea intervenido aquí en Cartagena y con un especialista que tenga en cuenta su desempeño como deportista ya que uno de los médicos suscritos a la Clínica General, que lo vio el año pasado descartó que el muchacho pudiera volver a jugar, lo cual desmiente su actual doctor.
Servicios en Cartagena
Otra de las quejas recurrentes de los usuarios de Colpuertos es que las citas con especialistas les son otorgadas en Barranquilla, lo que implica su traslado hasta la vecina ciudad.
“Anteriormente no le veíamos mayor problema porque nos daban los viáticos para ir con un acompañante, tenga en cuenta que la mayoría somos personas mayores, pero de un tiempo para acá nos rebajaron 52 mil pesos y cuando uno viaja, viaja a su suerte”, afirmó Marcos Fuentes Mendoza, presidente de la liga de Usuarios de los Servicios Médicos de Colpuertos.
Según Marcos, Oswaldo Álvarez y Plutarco Ariza, no es posible que un servicio que paga el mismo Estado (por tratarse de una entidad pública), no sea controlado y que las negligencias médicas denunciadas por la “familia Colpuertos”, que agrupa a unos tres mil usuarios, no hayan sido escuchadas y resueltas.
“En las farmacias siguen las irregularidades, los pacientes tienen que esperar 4 y 5 horas para que le entreguen un medicamento y pasado ese tiempo a veces nos salen con que no lo tienen disponible. Tenemos entregas pendientes desde el año pasado, una completa irregularidad”, concluye Marcos.
