Una publicación del semanario Gente Bahía, sobre el deplorable estado en que se encuentra un pequeño muelle que esta la comienzo de la Avenida Miramar, frente a la intersección vial con la Carrera 18, en Manga, prendió las alarmas sobre el alto riesgo que representa ésta y otras estructuras en similar estado, para la integridad de las personas que se embarcan y desembarcan en ellos.
La Capitanía de Puerto, que hace rato restringió el uso de estos atracaderos de embarcaciones pequeñas (lanchas, yates y botes de motor), retomó el tema para ejercer sobre ellos vigilancia periódica, con ayuda de la Policía de Turismo, a fin de evitar que los usen y prevenir accidentes (Lea: Capitanía de Puerto hizo rondas por muelles).Los muelles con restricciones son cuatro: uno en Manga, anteriormente mencionado, y tres en el Paseo Peatonal Bocagrande: Yacamán, Marlin I y Marlin II. Éste último es uno de los más deteriorados.
MARLIN IIEste desembarcadero, localizado frente al Edificio Marlin, en la Avenida Chile con Calle 7, se encuentra en avanzado deterioro, y su arreglo vale por lo menos 42 millones de pesos, manifestaron habitantes del sector consultados por este semanario.“No me explico cómo se sostiene todavía este muelle, está todo socavado por debajo debido a la erosión causada por el golpe de las olas marinas”, comentó Ada Margarita López, residente de uno de los edificios vecinos.Ciudadanos atentos a este muelle comentan que a su deterioro estructural se suma que personas de otros sectores de la ciudad, terminan de desprender las tablas y se las llevan. “En algún momento, hace bastante rato, se robaron todas las tablas del Muelle Marlin, dejándolo desvalijado”, dijo un vecino.Éste y los demás muelles del litoral interno de la Bahía de Cartagena, son utilizados básicamente por embarcaciones particulares, varias de las cuales recogen y dejan allí a muchos de sus empleados en las mañanas y las tardes (Lea: Dimar clausura muelles de barrios).También son usados con fines turísticos, es decir, por privados que viajan en familia o entre amigos a las islas, o con otros propósitos recreativos.“En esos sectores también acostumbran a bañarse algunas personas, y esas aguas no son apropiadas para eso, debido a que no están completamente descontaminadas, y porque no existe playa, hay muchas rocas, y eso lo hace peligroso”, comenta por su parte Sonia Pareja, también habitante del sector.
PLANIFICAR ARREGLOSSobre la recuperación de éste y los demás muelles pequeños de la zona, que sería por parte del Distrito o con ayuda del sector privado, los residentes consideran que deben ser intervenidos después de las obras de mejoramiento estructural del Paseo Peatonal de Bocagrande, en ejecución, y no antes (Lea: Marea retrasa obras de paseo peatonal en Bocagrande y Castillogrande).La idea es articular el arreglo de estos atracaderos a las reparaciones que se le hagan al mencionado corredor.Y mientras eso se da, siguen prohibidas las maniobras en los muelles del paseo peatonal, a pesar de lo cual varias embarcaciones continúan llegando a esos sitios, desatendiendo el alto riesgo que esto implica.
