Un parqueadero de buses que funciona en la Avenida San Martín con Calle 10, diagonal a la revuelta de la Base Naval, sigue causando molestias en los vecinos que residen en los edificios cercanos a este establecimiento.
Siguen denunciando el ruido estridente que generan los buses, cuando los operan en reversa para salir del parqueadero (Lea: Surge propuesta para zona de parqueo en el sector de la Marina).Igualmente, hacen alusión a los gritos de los vigilantes del parqueadero, quienes comienzan a trabajar desde las 5:00 de la mañana y a las 11:00 de la noche todavía están en las mismas, lo que perturba el sueño de los vecinos.A pesar del derecho de petición que elevaron a la Alcaldía Local 1, a la Personería, Asobocala y al EPA, la situación persiste.“Nuestra desilusión continúa latente, pues aunque presentamos un derecho de petición ante las autoridades competentes, desafortunadamente el irrespeto de los conductores de los buses con sus alarmas de reversa, no dejan de molestar”, dice la residente de un edificio contiguo a este parqueadero.La semana pasada cesaron las actividades, y los vecinos pensaron que ya se acabarían los ruidos, sin embargo desde el domingo pasado de nuevo empezaron a llegar los buses, que con sus estruendosas sirenas y alarmas de reserva interrumpen la tranquilidad del sector (Lea: Operativos del DATT para control de acceso de buses a Bocagrande).Los vecinos afirman que han dialogado decentemente con los operarios de estos buses y el administrador del parqueadero, quienes aunque han aceptado la solicitud, hacen caso omiso.
SIN COMPRENDERLos vecinos denunciantes no entienden por qué las autoridades guardan silencio respecto a esta situación. “La pregunta es, ¿no hay ninguna autoridad a la cual acudir?, ya han pasado los 15 días de presentada la petición y parece ser que todos se fueron de vacaciones”, agrega (Lea: No al ruido, venga de donde venga).En declaraciones anteriores, Juan Carlos Álvarez, quien está a cargo de este parqueadero, indicó que este terreno funcionaría como tal de manera provisional durante la temporada de vacaciones, hasta mediados de enero de 2014.Mientras se espera esa semana, “nos tocará escuchar los motores y las sirenas de reversa de estos buses de turismo, quién sabe hasta cuándo”, dicen los vecinos.






