Cuando alguien verdaderamente quiere salir adelante se nota. La historia de vida de Samuel Vergara Ortega, un joven de 23 años, que nació y vive en el corregimiento de Pontezuela, es de esas que inspiran, sorprenden y merecen apoyo.
Samuel decidió no excusarse en sus dificultades económicas para buscar, con todas sus fuerzas, mejores oportunidades de vida.
Esas cualidades fueron reconocidas por la Asociación de Consejos Comunitarios (Asococ), que emprendió un proyecto de formación. Mesa y bar fue la carrera que escogió Samuel Vergara, que por su campo laboral establece que los jóvenes deben saber inglés.
Un día de Samuel
Se levanta a las 4 de la mañana para poder llegar a sus clases, que comienzan a las 7 a.m. A mediodía se dirije al curso de inglés en la Universidad Tecnológica de Bolívar, en Manga. De allí sale a las 4 de la tarde.
“De Manga me voy a pie hasta el Mercado para coger el bus que me lleva a Bayunca. De allá me vio en moto hasta el pueblo”, detalló Samuel, quién se gasta 7.000 pesos diarios en transporte.
“Mi vale déjame el pasaje más barato, apenas estoy comenzando, estoy estudiando”, le dice Samuel al sparring del bus. “Todo bien, ahí nos veremos cuando estés en la buena”, le responde el sparring.
A toda prueba
A los 10 días de estar en el curso, el joven sufrió un desmayo. “Ese día no llevé mi almuerzo”, le contó Samuel a El Universal.
“Nos aseguran conseguir trabajo. No puedo faltar al curso, con 3 faltas pierdo la beca, voy a hacer este sacrificio como sea porque dura un año, si me toca traer la cama y mudarme para la institución lo haré, no voy a perder la beca”, aseguró el joven, quien desde hace 4 meses, cuando empezó el curso, no ha faltado a clases.
Samuel hace todo esto con el sueño de ayudar a su mamá a terminar una casa que comenzó a construir: “yo quiero meterle el lomo a eso”, concluyó.
Del proyecto
Formación y empleabilidad es el nombre de este proyecto que busca mejorar la calidad de vida de comunidades rurales de Cartagena.
“La limitante que tienen estos jóvenes es el acceso a la educación superior, por eso diseñamos este proyecto para formarlos, pero también para ubicarlos laboralmente”, afirmó Juan Miguel Pacheco, gerente de proyecto de Asococ.
La inversión es de $800 millones para capacitar a 300 jóvenes en carreras técnico profesionales que demanda el sector empresarial como auxiliar administrativo, auxiliar contable, mesa y bar, camarero, recepción y auxiliar de mercadeo y ventas.
Los jóvenes vienen de Tierra Bomba, Boca Chica, Caño de Loro, Pasacaballos, Manzanillo, Pontezuela, Bayunca, Arroyo Grande, La Boquilla, entre otros.
Esto se logra gracias al apoyo de la Agencia de Estados para el Desarrollo Internacional (USAID) que aportó $257 millones; Fundación Clinton (200 millones 100 mil pesos); empresa Equión Energía ($126 millones); Alcaldía Distrital ($26 millones). La Fundación Carlos y Sonia Haime contribuye con personal de apoyo psicosocial que acompaña a los jóvenes en el proceso.
Solicitud
El inconveniente que tienen es la dificultad para transportarse, que resulta costoso para estos jóvenes de escasos recursos, lo que se está convirtiendo en un factor para que deserten, varios se han retirado. Necesitan 45 millones de pesos para cubrir el transporte de estos jóvenes mientras terminan la carrera.
Las personas y/o empresas que deseen apadrinar a un joven, o apoyar de alguna manera pueden comunicarse a Asococ, llamando a la línea telefónica 6582126. O consignar a la cuenta corriente de Davivienda número 0560057769992868, a nombre de Asococ.
Es también un llamado a la administración distrital que busca disminuir el desempleo.
