La información publicada en este portal sobre la presencia diaria en el espacio público del Parque La Concha, en Castillogrande, del vendedor informal Antonio Pérez, suscitó la reacción a su favor de bastantes personas de este barrio y de Bocagrande, a través de llamadas telefónicas hechas a este medio (Lea: Venta informal en Parque La Concha incomoda a algunos).
Sostienen que este campesino de Villanueva, mayor de 60 años de edad y con amputación total de la pierna derecha, no causa daño ni molesta a nadie, y consideran que tampoco se está apropiando del espacio público donde ejerce su actividad, por la simple razón de que Pérez permanece en el sitio apenas 4 horas, pues llega todos los días a las 7 de la mañana y se retira a las 11 de la misma mañana, de regreso a sus pueblo de origen (Lea: Recuperación de espacio público en Bocagrande).
Para las personas que han llamado a este periódico, su actividad genera beneficios a los residentes de la zona, ya que sus frutas, hortalizas y verduras son frescas, traídas directamente de la tierra que las produce.
Pérez “no grita sus productos para venderlos, de manera que tampoco debe causar molestia por ruido”, dijo una señora.
Otra persona, también mujer, expresa que “no se trata de patrocinar la invasión del espacio público ni nada por el estilo, lo que pasa es que yo veo que este señor no causa perjuicio a nadie, y pienso que si le van aplicar la ley a él, primero deben hacerlo con muchos otros negocios, por ejemplo, en la Calle 6 de Bocagrande, entre carreras 3 y 4 no se puede caminar porque los carros ocupan literalmente todo el andén, y también hay una obra en construcción que parece ser de un restaurante y que se está saliendo hacia la acera, pero a ninguno de ellos nadie les dice algo, y esos sí que afectan a quienes caminamos por el sitio, porque nos toca andar por la vía que usan los carros” (Lea: El desorden pernocta en las playas de Bocagrande).
Dos voces masculinas igualmente llamaron para defenderlo, y uno de ellos propuso que dejaran quieto al vendedor informal “mientras no altere la tranquilidad de nadie”, es decir, prácticamente de una excepción.
Lo cierto es que Antonio Pérez tiene bastantes defensores, y como él mismo dice, “muchos doctores de Bocagrande y Castillogrande son mis clientes” y no tiene prevenciones en hacer memoraría de su extensa lista de clientes.

