En oposición al traslado administrativo de la Defensoría del Pueblo de Bolívar hacia el Callejón Santa Clara (Carrera 19) de este barrio residencial, al menos 50 personas participaron de un plantón en la mañana de hoy frente al Parque Lácides Segovia, en la concurrida esquina de la Calle Real (Calle 25) con Carrera 17.
Se trató de una protesta pacífica contra el anunciado funcionamiento de la Defensoría en este barrio residencial y para rechazar de plano pretensiones similares en el futuro de cualquier otra dependencia estatal, pues argumentan los habitantes que es suficiente con la cantidad de oficinas estatales que ya operan en Manga desde hace mucho tiempo (Lea: Prevención en Manga por presunto traslado de la Defensoría).
Aluden que el trasteo de una entidad como la Defensoría desencadena una serie de efectos negativos para el barrio, como la proliferación de vendedores informales, inseguridad, estrangulamiento al tráfico vehicular por el Callejón Santa Clara, desorden ambiental y mayor densidad demográfica para el barrio por la cantidad grande de población flotante que arrastra esta importante dependencia estatal.
El plantón se hizo de forma civilizada y puntual desde las 7:00 de la mañana y se disolvió hacia las 8:00, una hora después, sin causar alteración alguna a la tranquilidad ciudadana, que se dio por enterada de la situación porque los manifestantes aprovechaban los cambios a luz roja de los semáforos de esta intersección vial, para tomarse la calzada con consignas y pancartas, y cuando la señal luminosa volvía a verde, se retiraban hacia los andenes para permitir el flujo vehicular.
La Policía motorizada de Manga asistió al sitio para garantizar la protesta en condiciones pacíficas, con lo cual los manifestantes, casi todos del Callejón Santa Clara, respaldados por la dirigencia cívica del barrio representada por Asomanga, se sintieron protegidos y agradecidos.
Una persona que observaba la protesta desde una esquina retirada del punto de concentración se preguntaba sin embargo si aun con todas las razones expuestas por los reclamantes, no existe también falta de tolerancia para con las personas que reciben los servicios de la mencionada entidad estatal (Lea: A plenaria de Cámara proyecto que modifica a la Defensoría del Pueblo).
Como presagiando ese válido criterio de otros ciudadanos, momentos previos Julio Romero Alandete, de Asomanga, indicaba con megáfono en mano que a las personas que reciben los servicios de la Defensoría tampoco les conviene la mudanza de ese despacho hacia Manga, porque a muchos de ellos les tocaría pagar tres y hasta cuatro pasajes de bus para poder llegar a este barrio.

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REDACCIÓN CARTAGENA



