El andén que linda con la pared posterior del Colegio Montessori, en la Avenida Jiménez, en Manga, permanece lleno de bolsas de basuras que los perros e indigentes acostumbran a romper dejando los desechos expuestos.
La mayoría de esas bolsas contienen desechos orgánicos de comida que se descomponen rápidamente por la fuerte influencia del sol y el calor, así el sector se invade de olores fétidos e insoportables.
Dice un vecino que puso la queja ante este semanario, que esta molestosa situación ocurre porque algunos usuarios y establecimientos de la zona sacan sus residuos cuando ya ha pasado la frecuencia del camión recolector de basuras de Pacaribe, lo cual está causando un problema de insalubridad en el sector.
Al respecto la empresa de aseo que opera en la zona (Pacaribe) explica que eso sucede porque muchas veces los locales comerciales para evadir el aforo de los residuos que producen, y por tanto una facturación mayor por el servicio domiciliario de aseo, sacan de manera extemporánea sus basuras y las ponen en sitios relativamente aislados.
“Eso pasa mucho con los restaurantes, a los que se les lleva relacionada en una planilla la cantidad de desechos que generan, y si es más de 1 metro cúbico mensual, entonces se les factura ese excedente. Incurren en esa práctica inculta para evadir el aforo”, explica una fuente de Pacaribe.
“Le están haciendo un daño al barrio, porque no solo se ve feo la basura expuesta de manera prolongada, sino que eso trae plagas, insectos, enfermedades”, añade el funcionario.
El consorcio de limpieza informó que el secretario de Infraestructura, Javier Doria, comentó recientemente que pronto van a trabajar fuerte en la aplicación del comparendo ambiental para sancionar económicamente a los infractores ambientales.
“Eso será de gran ayuda para nosotros, llevaremos aforadores y con fotos y pruebas ayudaremos al gobierno en lo que pida para que ejerza esta labor lo mejor posible”, concluyó el consultado.

