Un nuevo uso le han encontrado los vándalos y personas sin civismo a uno de los sitios turísticos e históricos más transitados del Centro Histórico de Cartagena, como es el Camellón de los Mártires. Además de amanecedero, dormitorio de indigentes y baño público, ahora sus fuentes son el sitio preferido para vomitar.
Así lo denunció el Grupo Conservar, dirigido por Salim Osta Lefranc, restaurador de bienes muebles, quien está a cargo de los trabajos de mantenimiento ad honorem que se le hacen a ese lugar, a través del programa “El Patrimonio es asunto de todos”.
Según Osta Lefranc, el Camellón de los Mártires es uno de los sectores “que sufre más el impacto de la falta de cariño y aprecio” tanto de los cartageneros como de los visitantes.
Dice que tras el mantenimiento del sector, el cual es asumido por el Grupo Conservar debido a que no hay patrocinio para mantenerlo, se han encontrado con bancas en muy mal estado, el deterioro de las fuentes y de la plataforma de la Noli me tangere. “Y los más preocupantes, la suciedad, las fuentes vomitadas, excrementos debajo de los pedestales de los bustos y una plataforma sucia y negra”.
Recomienda que para que el Camellón se conserve bien, es importante un mantenimiento semanal de la plataforma, lavados periódicos que eviten la acumulación de suciedad y de todos los malos hábitos de los cartageneros en los sitios públicos.
Explica que el Grupo Conservar solamente puede responder por la conservación de los bustos y de la estatua de la Noli me tangere, que es su función: el patrimonio mueble.
“Pero desafortunadamente lo único que recibimos a cambio son insultos de los transeúntes y los reclamos de la gente que no sabe que lo que estamos haciendo es un servicio gratuito y de cariño por nuestra ciudad. Dentro de nuestro programa El Patrimonio es asunto de todos, para el Camellón este será nuestro último mantenimiento, ya que estamos aburridos de tanta falta de apropiación de las personas y de las autoridades pertinentes de esta ciudad por su patrimonio”.
Dice Osta Lefranc que al Grupo Conservar le preocupa “que lo poco que queda se caiga en las narices de todos, como ha sucedido con el mármol de las estelas que se han caído y han durado meses en el suelo y si no lo recogemos nosotros, nadie lo hace. Creo que lo que está quedando del Camellón y su mobiliario es lo que nos merecemos por no querer y apropiarnos de nuestra ciudad y además de no exigir a las autoridades competentes que se apropien del patrimonio de la ciudad”.
“EL PATRIMONIO ES ASUNTO DE TODOS”
Este programa lleva doce años funcionando, y tiene como objetivo buscar siempre la conservación de los monumentos en espacio público.
Lo que se busca con ese programa es crear conciencia en la ciudadanía, “una labor bastante compleja y dura”, según opina Salim Osta Lefranc.
“Siempre hemos pensado que recuperar el patrimonio es una forma de recuperar memoria. La mejor experiencia que hemos tenido en estos años, intentando llegar a la comunidad a través del buen servicio con el mantenimiento de las esculturas, es el impacto que ha causado a la comunidad que muestra su agradecimiento por las intervenciones que se realizan. De igual forma estas recuperaciones han permitido a la comunidad reconocer y reconocerse como actores activos, con un mayor cuidado y valoración del patrimonio que es de ellos.
“Dentro de la misión que tenemos en estos procesos de mantenimiento, también está enseñar y despertar conciencia del valor de este patrimonio subvalorado, por medio de vallas y pendones que acompañan la intervención con frases alusivas al respeto y valoración, donde la comunidad tiene un espacio de reflexión de por qué se realiza este tipo de acciones”.
EL CAMELLÓN
En el Camellón de los Mártires nada parece funcionar bien. Hasta la vegetación allí sembrada ya muestra un mal estado.
Además es el sitio de paso obligado de todo aquel que viniendo de Getsemaní o del mismo Centro de Convenciones quiera llegar al Centro Histórico entrando por la Puerta del Reloj.
Por eso no se entiende que estando a tan pocos pasos del despacho del Alcalde de Cartagena esté en tan mal estado, además de oler tan mal.








