El área de fauna, flora, reforestación de parques fue la encargada de devolver a su entorno natural a estos animales silvestres.
El establecimiento Público Ambiental recomendó a los ciudadanos no tener en cautiverio esta clase de animales, que en el caso de la boa, aunque no es una serpiente venenosa, sí puede ocasionar lesiones a las personas que las manipulen.
En cuanto al oso, el animal fue entregado por un ciudadano a la Guardia Ambiental en Turbaco, quien aseguró que lo encontró en la vía, lo rescató y puso a disposición de la autoridad ambiental, para que lo retornara a su hábitat.
Para su retorno se tuvo en cuenta que las condiciones del lugar fueran óptimas, es decir, que tuvieran fuentes de agua y árboles para refugiarse y sobrevivir en medio del fuerte verano que azota a la región.
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