En el popular sector Las Colonias, del barrio Manga, ya no se habla sino se grita, pues gradualmente la gente se está quedando sorda.
La típica situación al parecer se debe al ruido día y noche, muchas veces estridente, que se produce en los patios de su vecino gigante, la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena (SPRC), especialmente durante el constante movimiento de maquinarias y contenedores de 20 (teus) y 40 pies (feus), y el pesado descargue de estos vagones con mercancías, manifiestan los mismos afectados.
César Noel González Julio, vocero comunal y legendario residente de Manga, dice que la situación es delicada, y que desde hace varios años el caso ha sido denunciado ante diferentes instancias distritales, pero no hay medidas al respecto.
El problema de ruido prácticamente surge entre las postrimerías del siglo pasado y principios de esta centuria, cuando la Sociedad Portuaria empezó un agresivo plan de modernización y tecnificación de sus actividades, pues anteriormente había una sana convivencia entre esa compañía y el vecindario.
“Se han hecho reuniones de la gente con la Sociedad Portuaria para tratar este asunto, y se ha expuesto el problema de contaminación sonora y visual que genera esta empresa, pero no ha habido acciones para mitigar los efectos, y se sigue vulnerando la calidad de vida de las personas”, cuenta González Julio.
OTROS TESTIMONIOS
“Yo ya le hablo gritado a mis hijos”, dice la ciudadana Raquel De La Cruz Moya, pues a eso la ha llevado el fuerte ruido que se produce en los patios de su vecino portuario por la manipulación de contenedores.
“Pero no solo tenemos un grave problema de contaminación sonora, también visual y ambiental por las humaredas negras que salen de esos patios”, agrega Raquel.
María Estela Fajardo de De Ávila comenta por su parte que al ruido por la manipulación de contenedores se suma la vibración que se siente en el piso y las paredes de las casas cuando las maquinarias depositan los pesados contenedores cargados de productos, “sobre todo se siente de noche y eso no lo deja dormir a uno”.
“En las madrugadas salen de esos patios unos olores feos y se escucha un pito y mucho bullicio que no deja conciliar el sueño”.
Dice María Estela que todo esto se siente especialmente en el sector Tercera Colonia, que es el más cercano a la Sociedad Portuaria, pues solo los separa el ancho de la calle principal y una pared que delimita los predios de la compañía marítima.
El hecho es que en Las Colonias la gente con el paso del tiempo se ha ‘acostumbrado’ a gritar, síntoma de que empiezan a padecer de sordera.
Este matutino también ha recibido quejas de habitantes de la Avenida Miramar advirtiendo sobre esta situación, que también los afecta, aunque en menor grado.
NO HAY CLARIDAD
Al personero distrital, William Matson Ospino, se le consultó sobre este problema de contaminación ambiental, a lo cual el funcionario del Ministerio Público manifestó que en una inspección hecha hace varias semanas a varios sectores de Manga, se encontraron muchos problemas ambientales, y uno de ellos es la contaminación por ruido que se estaría generando en la Sociedad Portuaria.
Tal impresión los llevó a solicitar a la compañía portuaria un informe sobre el plan de manejo ambiental que se estaba aplicando, y la compañía envió su respuesta hace unas dos semanas.
Señala Matson que personas de esa dependencia estatal viene analizando la información de la Sociedad Portuaria, y “hasta ahora lo que hemos visto es que para ellos todos sus procesos están bien, pero en su debido momento habrá un pronunciamiento de la Personería”, precisa el personero.


