Legalmente no hay ninguna vía para conocer si un trabajador o trabajadora sexual es portador del virus de inmunudeficiencia adquirida (VIH) ni de ninguna otra enfermedad de transmisión sexual. En otras palabras, los clientes asumen ciento por ciento el riesgo de adquirir cualquier in-fección si hacen uso del servicio sin ninguna protección.
En la comunidad existe la creencia generalizada de que quienes ejercen la prostitución son sometidos a un control riguroso por parte de las autoridades sanitarias para identificar los porta-dores del VIH o síndrome de Inmunodeficiencia adquirida (Sida, que es cuando la enfermedad ya se hace sintomática). Los que piensan de esta manera están en un error.
El decreto 1543 de 1997 dejó sin piso cualquier posibilidad de control o restricción legal para evitar que un portador de VIH ejerza la prostitución.
Derecho a disfrutar libremente
Resulta que en Colombia la prostitución no está reglamentada, pero tampoco está penalizada. Esta mal vista por considerarse inmoral, pero de igual manera el disfrute de la sexualidad está al amparo del libre ejercicio de la personalidad. Ante esto, los y las prostitutas simplemente son ciu-dadanos disfrutando de su derecho a ejercer la sexualidad y son libres de cobrar por ello o no.
Sumado a esto, ante la avalancha discriminatoria que sufrieron los portadores de VIH y enfermos de Sida, entre las décadas de los 80 y 90, en el 97 se aprobó el decreto 1543 que ampara los derechos constitucionales de personas que padecen VIH y entre todas las normas que imparte para el sector salud y laboral también establece que a nadie se le puede exigir un carné o exámenes de laboratorio para disfrutar de su sexualidad.
Tan sólo en el artículo 24 se ordena que los establecimientos que ofrezcan facilidades para la realización de prácticas sexuales deben garantizar a sus usuarios la disponibilidad de condones como una medida de prevención.
Esto dio pie, para que las trabajadoras y trabajadores sexuales en Cartagena interpusieran un recurso legal que suspendió indefinidamente los controles periódicos que se le venían haciendo por parte del Laboratorio Departamental de Salud Pública. El Universal.com.co no pudo conocer exactamente cuál fue el recurso legal del que se valió este gremio y el año en el que lo interpusie-ron debido a que la Subdirección de Salud Pública de Bolívar no facilitó la información.
Las cifras del SIDA en Cartagena
Según el Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis), en Cartagena hay 1.765 pacientes con VIH que están en tratamiento. En el 2011 se conocieron 301 casos, de los cuales 108 son mujeres y en lo que va corrido del 2012 se ha notificado 186 casos, 69 de ellos mujeres, 21 embarazadas. En el 2011 murieron 21 pacientes por la enfermedad.
“Cuando empezó a conocerse la enfermedad, la tendencia era 5 hombres portadores por una mujer, hoy la tendencia va dos hombres por una mujer”, afirmó el director de Salud Pública del Dadis, Enrique Mazenet.
El grueso de portadores del virus está entre los 15 y 44 años de edad.
Cambiar hábitos
Según el Dadis, en un conteo informal hecho este año, en Cartagena hay aproximadamente 550 personas (de ambos sexos) dedicadas a la prostitición y 20 clubes nocturnos constituidos le-galmente para facilitar encuentros sexuales.
“Los controles ahora son otros y se ejercen en los clubes a los que se le exigen normas de higiene y el ofrecimiento de los condones a sus clientes. Sin embargo, la misma ley y las diversas formas como se ejerce la prostitución hacen difícil un control sanitario estricto. Algunas de las va-riantes que dificultan siquiera tener un número exacto de cuántas personas se dedican a esta acti-vidad es que a ellas (las prostitutas) las rotan permanentemente de ciudad, cada mes o cada 45 dí-as; y por otro lado muchas ofrecen sus servicios en apartamentos privados o a domicilio”, recalcó Mazenet.
El funcionario explicó que el problema está realmente en lograr que las personas cambien sus hábitos sexuales.
“La información sobre el Sida es abundante en el ambiente gracias a las campañas publicita-rias, pero nadie puede obligar a alguien a seguir las recomendaciones de protección y quien tiene Sida no lo dice y tampoco se puede ir a buscarlo para ponerle una especie de rotulo, así que lo único que queda es apelar a la conciencia de la gente”, afirmó Mazenet.
La tendencia de que cada día haya más jóvenes infectados con VIH va de la mano de la inclinación de este grupo poblacional hacia el consumo de licor y sustancias sicoactivas.
