Así como se acelera una moto de 600 o 1.000 CC. se acelera el corazón de cualquier persona al escuchar el rugido del motor. Esta sensación de adrenalina la puede sentir, incluso, aquel que dice que no le gustan las motos por el peligro que supuestamente representan.
La sensación de montar en estas ‘bestias’ de dos ruedas es indescriptible, o por lo menos, eso dice Adrián Rodríguez, líder de un club de motos de mediano y alto cilindraje en Cartagena. Este bogotano, que vive en Cartagena hace diez años, asegura que su pasión por las motos comenzó desde que era muy niño y tuvo la primera cuando apenas tenía 15 años.
“En mi familia siempre hubo motores, carros, talleres, motocicletas. Como cualquiera empecé con una pequeña que, aunque botaba mucho humo, me llevaba al colegio, a la universidad y me servía para salir con mi novia o amigos”, dice.
Un día cualquiera, no recuerda bien la edad, Adrián decidió viajar por Colombia en dos ruedas. La experiencia fue tan gratificante que, todavía hoy, su viaje no para.“Viví en muchas ciudades, pero desde hace diez años estoy aquí en Cartagena, haciendo parte de Asomocar, una asociación de motociclistas con alrededor de 200 motos”, sostiene.
Contra los estigmas
Asomocar trabaja para romper los estigmas que hay alrededor del motociclismo en Cartagena. Su principal objetivo es cambiar la creencia de que todo el que se moviliza en una moto es un ladrón; un estigma que consideran se han ganado debido a los problemas de inseguridad que se registran a diario en la ciudad.
Estas acciones delictivas han obligado al Distrito a emitir decretos que, supuestamente, ayudan a combatir la inseguridad. Una de estas fue restringir la circulación de motos con parrillero en algunos barrios de la ciudad (Alto Bosque, Manga, Pie de La Popa, El Cabrero, Crespo, El Laguito, Bocagrande y Castillogrande). Adrián asegura que “con la restricción de parrillero los clubes que se reunían miércoles y jueves ya no lo pueden hacer”.
Los motociclistas sostienen que si el Gobierno nacional y el Distrito quieren que todas las personas que tienen moto cumplan con las normas establecidas, lo primero que deben hacer es garantizar que las entidades donde se adquieren los documentos cumplan con sus funciones. Según indicaron, actualmente tienen que comprar el SOAT en otras ciudades.
“En Cartagena hay cuatro compañías de seguro y ninguna vende el seguro para motos de alto cilindraje”, sostiene Adrián.
Más motos
Según el motociclista, restricciones como el pico y placa lo único que hacen es motivar la ilegalidad y la compra de más motos en la ciudad.
“Desde que salió este decreto algunas personas se vieron obligadas a comprar otra moto, pero el que no tiene para hacerlo, pues circula todos los días de manera ilegal. En tan solo un año el parque automotor pasó de 15 mil motos a más de 35 mil”, añade.
“Estuvimos en dos mesas de negociación con el alcalde Sergio Londoño, el director del DATT y, en su momento, el Secretario del Interior, planteándoles las necesidades que tenemos, ya que cada vez que se lanza una medida restrictiva los únicos afectados somos los motociclistas, pero nunca obtuvimos respuestas. Las medidas son decretadas sin un estudio técnico, y lo sabemos porque pedimos las pruebas y nunca nos las entregaron”, puntualizó Adrián.
Algunas propuestas
Teniendo en cuenta que la mayoría de restricciones que emite la Alcaldía van encaminadas a la lucha contra el mototaxismo y la inseguridad, los propietarios de motos de alto cilindraje de la ciudad, cuyo valor puede ser incluso superior que el de un carro, plantean la posibilidad de estar por fuera de, por ejemplo, la restricción de pico y placa.
Aunque esta propuesta, de cierta forma sería beneficiosa para los cartageneros que invierten en motos recreativas de gran valor, resulta discriminatoria porque no cualquier persona cuenta con el capital suficiente para adquirir una moto de alto cilindraje, además, un vocero del DATT manifestó que los decretos son diseñados partiendo de que todo dueño de moto es un “motociclista”, no un “mototaxista”. Esto significa que la regulación debe ser igual para todos y no para un grupo específico.
Otras desigualdades
Según los integrantes de la asociación, otra desigualdad que existe es que en el Código Nacional se contempla que cualquier infracción que cometa un motocicilista da para inmovilización, pero si el conductor de un carro lo hace, puede recibir solo un comparendo.
Aseguran que siempre le han demostrado a las entidades que son personas respetuosas y que quieren servir de apoyo brindando capacitaciones tanto a motociclistas como a mototaxistas.
“Les podemos enseñar a que tengan un manejo seguro y preventivo, entre otras cosas. Al Distrito también le dijimos que legalizara el mototaximo a través de un censo, pero tampoco fue posible, hasta el momento todas las propuestas que se han hecho han sido rechazadas”, dicen.
