A pesar de los problemas ambientales que de manera recurrente enfrenta por la sedimentación y la falta de oxigeno, la laguna de El Laguito sigue siendo un refugio para la vida silvestre, recordándonos la importancia de proteger y preservar nuestros cuerpos de agua. Testigo de esta experiencia, que califica como inspiradora y reveladora, es Olga Burgos, fotógrafa de paisaje e interiores residente en Cartagena.
Cuenta que, a mediados de febrero, “lo que comenzó como un paseo casual se convirtió en un encuentro inesperado con un paraíso aviar. Al acercarme, quedé fascinada por el canto de las aves que se encontraban en la zona. Lo que pensé que sería un simple avistamiento, se convirtió en una profunda inmersión en la vida silvestre del lugar, que me llevó a descubrir un oasis de aves, un verdadero tesoro natural en medio de la ciudad”. Lea: ¡A pajarear!: Bolívar tiene más de 50 sitios para avistamiento de aves
Fue así como a lo largo de dos meses, Burgos visitó tanto la laguna como las playas de El Laguito, “religiosamente todos los días, impulsada por el deseo de presenciar la maravilla de la anidación de las aves”.
Destaca que “fue un privilegio observar los cambios en los plumajes, revelando la magia de la vida en acción. El plumaje de las garzas blancas se vuelve más abundante y los pelicanos cambian de color, pasando de ser grises a tener colores preciosos, inclusive en el pico, y así, cada especie tenía su propia historia que contar...”. Lea: Estas son las especies de aves que hay en Cartagena
La apasionada fotógrafa, que además es odontóloga, nos comparte el paraíso aviar que captó en imágenes y se compromete “a seguir documentando y divulgando la belleza y fragilidad de nuestro entorno natural, con la esperanza de inspirar a proteger la biodiversidad que nos rodea”.










