Un ejemplar de puma albino, una mutación rara en el mundo animal, especialmente en estos felinos, nació hace un mes en un zoológico de Nicaragua, donde aún permanece resguardado de la mirada de los visitantes. Lea: ¡Lamentable! Los nuevos nidos de águilas no son de ramas sino de plástico
“Está sano y tiene buena condición corporal. Estamos tomando todas las medidas para poder tenerlo lo más sano posible junto con su madre”, explicó a la AFP el veterinario Carlos Molina, del zoológico Thomas Belt, en Juigalpa, departamento de Chontales, a unos 139 kilómetros de Managua.
El pelaje de los pumas comunes al nacer es de color café claro o rojizo con motas negras. La mutación genética que provoca la pigmentación blanca es rara entre las especies animales, especialmente en estos felinos, de los que apenas hay casos documentados en el mundo. “Estamos contentos de tenerlo porque esto no se ve muy a menudo”, sostuvo Molina.
Los encargados del zoológico evitan el contacto con el pequeño puma albino, que crece junto a su madre en una cueva instalada en el recinto vallado, y esperan que dentro de dos meses el cachorro pueda recibir tratamiento veterinario. Lea: Pez perro: científicos descubren que es capaz de “ver” con su propia piel
El caso colombiano
En noviembre de 2021, en el Cañón de El Mata, a cuatro horas del casco urbano de Amalfi, lugareños reportaron a las autoridades ambientales la presencia de una felina completamente blanca. Los funcionarios fueron a buscarlo y dieron aviso a Corantioquia, y estos a su vez a expertos de la Universidad CES.
Tras el rescate, el animal le fue entregado al Parque de la Conservación, ya que por sus condiciones de salud no podía ser devuelto a su hábitat en las montañas. Este ejemplar es completamente ciego.
“Los individuos albinos no suelen pasar de la etapa de la infancia, son muy frágiles, están aquejados por muchas enfermedades”, dijo entonces Jorge Aubad, director del Parque de la Conservación. Lea: Tiene genitales “únicos”: así es la nueva especie de escarabajo en Colombia
En un principio, no se sabía bien a qué especie pertenecía esta felina, pero meses después y tras varios estudios genéticos, en los que participaron el Laboratorio de Genética Animal de la Universidad de Antioquia y el Laboratorio de Identificación Genética Forense de Especies Animales de la Dijin, se llegó a la conclusión que pertenece a la especie Leopardus pardalis, comúnmente conocida como ocelote, la tercera más grande de Colombia, después del jaguar y del puma y una de las seis especies de felinos silvestres que hay en Antioquia.
