Colombia, al ser una de las cinco naciones con mayor diversidad marina en el planeta y contar naturalmente con dos océanos que albergan gran variedad de ecosistemas marinos y costeros, invita en su Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 a realizar acciones que aporten a la restauración de ecosistemas, áreas protegidas y demás zonas estratégicas, cuya pérdida amenaza la integridad de la biodiversidad y el bienestar humano. Lea: El arrecife de coral que apareció en Cartagena en 2013
En el marco de esta meta se han venido adelantando acciones en diferentes zonas del país, dentro de las que se incluye el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo, una de las áreas pioneras en implementar acciones de restauración sexual y asexual de corales.
Por esta razón, en el marco del Día Mundial de los Océanos, que se conmemoró el 8 de junio, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible participó en una jornada de trasplante de pólipos de coral cerebro (Diploria labyrithiformis) en la barrera arrecifal de Isla Grande, en el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo.
La actividad fue liderada por un grupo de investigadores pertenecientes a Ecomares, Parques Nacionales, Diving Planet, Oceanario Islas del Rosario, Universidad del Magdalena y Secore International. Y constituye el punto de llegada del proyecto de investigación “Ensayos de reproducción sexual y cría de larvas de coral para fomentar su reclutamiento controlado en arrecifes degradados”, iniciado en el año 2020, y en el que los científicos de estas instituciones lograron con éxito la reproducción sexual en laboratorio del coral cerebro.
¿Cómo lo hacen?
Las técnicas de reproducción sexual contribuyen a la restauración arrecifal, a través de la propagación larval, a partir de recoger óvulos y esperma de los corales para fertilizarlos en laboratorio, criar las larvas hasta que alcancen el estado de pólipo para, finalmente, trasplantarlos en el mar, potenciando los esfuerzos para recuperar los ecosistemas coralinos.
“Trasplantar corales, producto de la reproducción sexual asistida, nos permite obtener una diversidad genética que no se logra con el trasplante de fragmentos o microfragmentos de coral. Con esta técnica, se aumenta más rápidamente la reproducción de una especie coralina, y cada uno de los individuos de esa población es genéticamente idéntico al individuo que se le extrajeron los fragmentos para criarlos y trasplantarlos. Esta situación hace más vulnerable a una colonia de corales a enfermedades u otros sucesos. En cambio, la restauración por reproducción sexual asistida produce individuos únicos genéticamente y en una colonia de corales esta diversidad puede ser una fortaleza para afrontar enfermedades y para su supervivencia misma”, explicó Elvira Alvarado, de Ecomares.


La reproducción y crianza de los pólipos de coral cerebro trasplantados comenzó el 16 de mayo pasado cuando, luego de una investigación de varios años que determinó el mes, el día y las horas exactas de la reproducción natural de la especie en el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo, los investigadores recolectaron de las aguas de las islas los gametos que rápidamente fueron llevados al Oceanario Islas del Rosario.
Allí se inició el proceso de reproducción sexual asistida. A los pocos días, los embriones fueron traslados a tanques en donde alcanzaron su estado de larvas. En la siguiente etapa, se colocaron sustratos para que ellas se asentaran y comenzaran su transformación en pólipos. Entre el 6 y 7 junio, estos pequeños individuos, que no superan unos cuantos milímetros de tamaño, fueron contados y se marcaron sus sustratos para poderlos monitorear después de trasplantarlos a mar abierto.