Contener el calentamiento global por debajo de 2°C requiere reducir las emisiones de CO2 pero también generalizar las medidas de lucha contra la contaminación del aire (ozono y hollín), según un estudio internacional presentado el martes.
Una “acción rápida” contra esa contaminación, además de ser benéfica para la salud, contribuiría a “limitar a corto plazo el aumento de las temperaturas”, destaca este análisis del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El “carbono negro”, partículas presentes en el hollín y emitidas por los vehículos, los incendios forestales y ciertas instalaciones industriales, así como el ozono troposférico, componente principal de la polución urbana, contribuyen al calentamiento climático.
El ozono troposférico o de baja altitud, que se forma a partir de otros gases como el metano, es el tercer gas causante del efecto invernadero, por detrás del dióxido de carbono (CO2) y el metano.
El estudio recomienda medidas como la recuperación del metano en los sectores del carbón, el gas y el petróleo, empleando sistemas de combustión más limpios, trampas para las partículas emitidas por los vehículos diésel y la prohibición de quemar al aire libre desechos agrícolas.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que la combinación de medidas contra el “carbono negro”, el metano y el CO2 aumenta las posibilidades de mantener el calentamiento climático por debajo de 2°C, el objetivo que se ha fijado la comunidad internacional.
